El 25 de diciembre, navidad, según la costumbre judeo cristiana se celebra en todo su mundo el nacimiento de Jesucristo, desde uno de los países más incomprensibles me pongo a escribir unas líneas sobre algo que vengo pensando desde hace un ratico, y es la salud mental de la sociedad colombiana. ¿Qué me lleva a estas reflexiones sobre los hechos que a continuación narraré?

Hace 17 días se descubrió como último hecho aberrante una fosa común en un cemento en Dabeiba, Antioquia, con 50 cadáveres de gente inocente que fue asesinada para mostrar resultados y sus asesinos descaradamente ganarse unos días de permiso y un reconocimiento. Esta práctica llamada “falsos positivos”, consistía en matar gente inocente, indefensa, ignorante de lo que sucedía para ser presentada como guerrilleros caídos en combate, algo bochornoso que fue sistemático y que según la cuenta pasa más de 10.000 personas. Aquí la primera razón de la patología de la sociedad colombiana, los falsos positivos parecen ser solo condenado por los enemigos del innombrable y el resto de la sociedad se queda con esta pena moral como sin nada había sucedido. Hoy la justicia investiga para condenar a los responsables que halaron del gatillo, pero no a los intelectuales de esas prácticas. La cadena de mando no existe en las fuerzas militares para esta horrorosa práctica, no se explica cómo el Ministro de Defensa de esa época y presidente no estén vinculados a estos hechos y sean premiados de Presidente y senador. Quisiera saber por qué no actúa la justicia penal internacional.

La sociedad colombiana es la única que tengo conocimiento, eligió seguir en guerra en vez de apoyar la paz, esto no tiene explicación alguna a pesar de la forma como se dieron los Acuerdos de Paz y de las campañas para su ratificación, donde el primer error fue someter a elección un derecho fundamental como el vivir en paz. Hoy 3 años después hace pensar que fue una jugada maestra de uno de los responsables de los falsos positivos, Ministro de Defensa y que no ha sido capaz de salir a defender un acuerdo que él firmó y se ha quedado calladito con su Nobel de Paz a pesar de su incumplimiento, ha sido igual de irresponsable que los otros presidentes que firmaron acuerdos de paz en nombre del Estado y nunca lo cumplieron, presidentes mentirosos, que son los que han salido ganando de la enfermeda4d mental de nuestra sociedad, ellos y sus secuaces oligarcas que cada día llenar más sus arcas a costilla del sufrimiento y pobreza del pueblo.

Y el último gran síntoma de la patología de nuestra sociedad es el hecho de apoyar como todo masoquista que le roben sus pertenencias para después tener que salir a pagar por ellas, el año pasado se llevó a cabo un referendo en contra de la corrupción y la sociedad colombiana le dijo no a ese referendo que quería acabar con la corrupción, para no entrar a epítetos. Es irrisorio que tú le digas al ratero roba sin problema y no seas capaz de entender que el dinero que se llevan los corruptos es dinero de todos, porque todos le aportamos a las arcas del Estado con nuestros impuestos, nuestro pago de servicios, las riquezas naturales, eso es de todos los colombianos, y por qué yo apoyar que unos poco se los metan a sus bolsillos.

Presento estos tres ejemplos de la enfermedad mental de la sociedad colombiana o de una gran parte, no como los únicos pero sí los más emblemáticos que tienen unos responsables en común, una clase dirigente parasitaria, corrupta, delincuencial que tiene como líder al criminal innombrable. Estos se apoyan de los dueños de los medios de comunicación que tienen la principal responsabilidad de la enfermedad mental del colombiano, y en un aparato paramilitar de mercenarios, sus otros aliados para asesinar a los que de alguna forma son un tropiezo en sus planes por mantener el estado de cosas que vive esta sufrida nación.

Los que creemos no estar con esa enfermedad mental que no hemos podido encontrar una cura para este país de los santos y reyes que lleva más de 200 años de dolor y lágrimas dirigido por los mismos verdugos que cada año se cambia de máscaras bajo el manto de las elecciones, con algunas excepciones de quienes han llegado con otra idea le han colocado toda clase de artimañas hasta con asesinato para no permitirle combatir esa patología, de enfermedad mental que tiene la sociedad colombiana.

A nosotros los que creemos estar sanos nos toca en esta fecha tan especial seguir rezando, trabajando o rogando para despertar la sociedad de esa enfermedad, tenemos que seguir aferrado al sueña de querer construir una sociedad con unos mínimos de decencia, de honestidad de humanidad que es lo mínimo que podemos dejarle a nuestros hijos y no esta sociedad nauseabunda que han mantenido los delincuentes que han manejado este lindo y hermoso país con un paisaje natural de los más ricos y hermosos del planeta.

Desde el palenque un cimarrón todavía