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Opinión
Timochenko, otra vez
Agencia Prensa Rural / Martes 26 de mayo de 2020
 

La semana pasada Rodrigo Londoño, presidente del partido FARC, dio una entrevista a la W Radio sobre los incumplimientos del Estado y la manera en que el gobierno Duque deliberadamente no se hizo cargo de los bienes entregados por la extinta guerrilla en agosto de 2017. En medio de la entrevista le preguntaron cuál era su opinión acerca del nombramiento de Jorge Tovar, hijo del reconocido paramilitar Jorge 40, en la coordinación de víctimas del Ministerio del Interior, a lo cual respondió que él reconocía en el joven Tovar a alguien comprometido con la reconciliación pero eran las víctimas quienes debían avalar o rechazar dicho nombramiento.

Con el ya conocido interés de los medios por generar falsas controversias con titulares pomposos y alejados de la realidad, el medio radial tituló la entrevista como “No tengo problema con el nombramiento del hijo de Jorge 40: Rodrigo Londoño”. No tardaron los opositores al partido y al reconocido dirigente político en generar un escándalo en el que ponían en cuestión la coherencia política de Londoño y exigían su expulsión de la presidencia del partido. Todo un exabrupto si tomamos en cuenta que el titular de la entrevista nada tiene que ver con el contenido de la misma y que la postura de Rodrigo es clara: son las víctimas quienes deben dar su veredicto sobre las cualidades y capacidades de los funcionarios encargados de garantizar su derecho a la reparación integral.

Lo más caricaturesco de la falsa controversia generada por el titular tendencioso de la W Radio es que quienes salieron a criticar y solicitar la renuncia de Rodrigo Londoño ni siquiera habían escuchado la entrevista. Incluso Andrés Paris acudió a los micrófonos de la W Radio a explicar por qué solicitaba la renuncia de Rodrigo Londoño como presidente del Partido FARC. El argumento de París fue que “Londoño apoyó el nombramiento del hijo de un paramilitar”. A lo que los periodistas no tardaron en corregir, afirmando que Londoño no había dado ningún apoyo y tampoco había dado aval a dicho nombramiento. Desafortunada escena en todo caso.

Lo cierto es que esta falsa controversia pone de manifiesto la existencia de una campaña de desprestigio plagada de mentiras. Algunos juegan a ser voces críticas de la dirección y terminan por instrumentos ciegos de la destrucción del Partido. Los esfuerzos por atacar a Rodrigo Londoño son en realidad actos desesperados que van en contra de la política partidista de la reconciliación nacional y de la lucha por la implementación integral del Acuerdo Final de Paz.

Timochenko, otra vez en el ojo del huracán por cuenta de infames ataque que contrarían la realidad. Ataques de quienes se resisten en dejar de ver “enemigos” donde hay opositores. Timochenko, el hombre de la paz, el revolucionario fariano, otra vez víctima de la andanada de mentiras y juicios infundados. Timochenko, al que Marulanda le encargó la preparación de la Octava Conferencia, es hoy el presidente de un Partido que a pesar de la adversidad, avanza hacia una nueva Colombia tendiendo los puentes de entendimiento común que el pueblo anhela.