Asociación Campesina del Catatumbo
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Catatumbo: se instala mesa de interlocución. Militares vulneran refugio humanitario
Agencia Prensa Rural / Miércoles 22 de julio de 2009
 

Desde el 29 de abril de 2009 se instaló en la vereda Caño Tomás, corregimiento de Fronteras, municipio de Teorama (Norte de Santander), el campamento de refugio humanitario, en el que se encuentran campesinos de 24 veredas de la región que hacen parte de la Asociación Campesina del Catatumbo.

El refugio lleva como banderas la vida, la dignidad, la tenencia de la tierra y la defensa del territorio, y se creó como mecanismo para afrontar la crisis humanitaria que afronta el campesinado y las comunidades indígenas, generada por las fumigaciones indiscriminadas, las ejecuciones extrajudiciales y la erradicación forzada de cultivos. A esto se suma la falta de inversión social, la reactivación del paramilitarismo y los constantes robos en las vías de la zona.

Instalada mesa de interlocución y acuerdo

El viernes 17 de julio, dando conmemoración a los diez años de la masacre de Tibú, las comunidades en campamento de refugio humanitario dieron instalación a la mesa de interlocución para buscar soluciones a las cuatro problemáticas que plantean: crisis humanitaria y derechos humanos; tierra y territorio; recursos naturales; y cultivos de uso ilícito.

Pese a la reiterada convocatoria, las instituciones estatales brillaron por su ausencia en el refugio humanitario. A excepción de la presencia de concejales de los municipios de San Calixto y Tibú, las autoridades locales, departamentales y nacionales no atendieron a la invitación. Algunas de ellas, argumentando “compromisos contraídos previamente”, u otros, como el Ministerio de Minas, con excusas tales como que “el tema del territorio no es de nuestra competencia”.

Los campesinos lamentaron la respuesta de los funcionarios públicos, lo que sólo ratifica la desatención y el desinterés por resolver la grave problemática humanitaria de la región del Catatumbo.

No obstante, se siguió con la determinación de instalar la mesa de interlocución y acuerdo. La comunidad nombró a los delegados que por cada una de las zonas (Alto, Medio y Bajo Catatumbo), participan en las cuatro comisiones de trabajo, junto con directivos de Ascamcat, delegados del pueblo Motilón Barí y miembros de organizaciones sociales que acompañaron la actividad.

Como parte de la jornada de trabajo, se confeccionó un plan de acción para lograr la interlocución con las autoridades correspondientes y concretar medidas que atiendan las reivindicaciones del refugio. Igualmente se elaboró un comunicado público.

Hostigamientos del ejército sobre el refugio

A las cinco de la mañana del sábado 18 de julio, cerca de treinta uniformados de la brigada 30 del Ejército Nacional ingresaron al campamento de refugio humanitario, cruzándolo por la vía que pasa por el mismo. La comunidad, agredida en su voluntad de no permitir a grupos armados en el refugio, encaró a los soldados, de los cuales se logró ver a cuatro de ellos encapuchados. Los militares optaron por proseguir rápidamente su camino sin dar explicación alguna, dejando en el camino a dos perros que los acompañaban y que fueron cuidados por la gente del refugio.

La comunidad en masa impidió primero que el resto de la tropa ingresara al refugio, y luego, que los soldados que cruzaron el refugio prosiguieran su camino impunemente. Los voceros del refugio exigieron hablar con el mando de la tropa, que se identificó como el Subteniente Gabriel Muñoz Hernández, quien no portada ningún tipo de distintivo en su uniforme.

El Subteniente Muñoz reconoció que habían cometido un error, pidió disculpas y se comprometió a que no volvería a ocurrir. Añadió que no tenía sus prendas militares porque “estaban mojadas”, por lo cual recurrió a mostrar su documento militar para identificarse. Por último, se comprometió a que no habría ningún tipo de hostilidad de la tropa hacia las personas que entraran o salieran del refugio. La comunidad devolvió sanos y salvos a los dos caninos que habían sido abandonados en su camino.

Pese al acuerdo de palabra del Subteniente Muñoz, el lunes 20 de julio, a las 9:30 de la mañana, llegaron doce soldados a la entrada del refugio humanitario sobre la altura del Caño Frío, preguntando por los líderes que habían hablado con ellos, refiriéndose en particular a Juan Carlos Quintero Sierra y Nahúm Quintero. Además, contra la voluntad de todos los presentes en el sitio, los soldados realizaron filmaciones.

Del mismo modo, en el retén de la base del Ejército del corregimiento de La Gabarra, en la vía que conduce del refugio a Cúcuta, los militares realizaron empadronamiento de los campesinos que viajaban por el río Catatumbo, al registrar sus nombres y documentos, y filmar a las personas. También se pregunta a los viajeros por los presentes en el refugio y la duración del mismo.

Preocupa a la comunidad la militarización del Bajo Catatumbo, que al parecer hace parte de la erradicación forzada de cultivos de coca. Se temen combates que afecten a la población civil.