Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Viaje a la memoria, Mapiripán 12 años
Liria Esperanza Manrique López / Lunes 27 de julio de 2009
 

Aquel 15 de julio de 1997, cuando pisan las tierras de la Mapiripana las botas asesinas del paramilitarismo en complicidad con el Ejército Nacional, desencadenan a su paso una ola de desesperanza con aroma a muerte, inocencia e injusticia. Mapiripán no sólo fue víctima de la violación atroz de derechos humanos sino también de la extirpación a todo un pueblo del derecho a llorar a sus muertos, de regresar a su tierras e intentar recuperar aquella vida que desplazaron al salir huyendo.

Quienes lograron salir con vida fueron durante varios años víctimas de amenazas de muerte en su persona y en su familia si seguían buscando verdad. Verdad que a pesar del tiempo y los esfuerzos mancomunados de las familias y las organizaciones, aún hoy no se logra del todo.

En fallo del 15 de septiembre de 2005, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, organismo encargado de definir si el estado colombiano había tenido o no responsabilidad en los hechos ocurridos entre el 15 y el 20 de julio del 97 en el casco urbano de Mapiripán (Meta), decide condenar a Colombia como responsable por la violación de derechos humanos que allí se presentó. El numeral primero indica a Colombia a acatar las debidas diligencias que arrojen como resultado en un tiempo razonable quiénes fueron los responsables tanto materiales como intelectuales de la masacre [Fallo Corte Interamericana de Derechos Humanos, Masacre de Mapiripán Vs Colombia, 15 de septiembre de 1997].

Al día de hoy no se ha logrado que esto suceda completamente. Los condenados son una ínfima parte de quienes participaron de esta atrocidad (entre ellos un general del Ejército). A pesar de esto, las víctimas unidas siguen esperando que el estado colombiano y sus organismos de justicia se dignen a iniciar una investigación seria que arroje verdaderos resultados.

Las víctimas seguirán en la lucha de reivindicar la memoria, y la Caravana por la Memoria la Vida y la Paz es muestra de eso. 12 años después, se logra el ingreso nuevamente en Mapiripán.

Quienes habían huido caminaron de nuevo las tierras que los vieron crecer, lloraron conmovidos al ver salir de lo más profundo de su ser aquella angustia que habían evitado sentir 12 años atrás porque las amenazas las omitieron, se reencontraron con viejos amigos que estuvieron apoyándolos al momento de ver morir en las manos de los cobardes sus sueños encarnados en un padre, un hijo o un esposo. Recordaron que la vida a un tiene un camino abierto para revivir por medio de la reivindicación la memoria de sus muertos.

Aún hay mucho por hacer. El viaje a las entrañas de Mapiripán nos demostró que la población, después de tanto tiempo, sigue sintiendo terror a recordar, a asumir que fueron victimizados. La población recuerda el hecho como algo natural que pasa en un país donde desde hace mucho tiempo su historia se escribe con sangre, ya no saben si quieren hallar respuestas. Han preferido en varias ocasiones encomendarle todo a Dios y esperar a que sea la justicia divina la que decida qué será lo mejor.

Los que estamos convencidos del genocidio contra el pueblo colombiano que inició un día en un municipio lejano del Meta, seguiremos condenando y visibilizando hechos de esta magnitud para que el pueblo colombiano, en general, despierte del dopaje colectivo en el que se encuentra.

Visita la galería fotográfica.