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La crisis y la perspectiva de resistencia: un esquema
Fred Goldstein / Domingo 29 de noviembre de 2009
 

La crisis actual es la peor desde la gran depresión. Pero no es sólo la peor crisis desde la depresión. Tiene los mismos elementos fundamentales que la depresión.

Es similar no sólo por el aumento en el desempleo; no sólo porque se han gastado tantos millones de millones de dólares para evitar el colapso del sistema capitalista; no sólo por la ruptura de la gran burbuja especulativa; y no sólo por el sufrimiento generalizado de los/as trabajadores/as y las comunidades.

Es similar a la depresión, que duró 10 años y terminó sólo con una guerra mundial, porque el sistema capitalista no va a tener una verdadera recuperación económica – es decir, una expansión capitalista de tal magnitud que podría superar la profunda crisis de desempleo generalizado.

La economía capitalista en los Estados Unidos sólo se recuperó de la depresión por el enorme gasto del gobierno en los preparativos para la guerra y en la guerra misma. Sin ese gasto no hubiera habido los mercados y la demanda por los productos de la industria estadounidense. La depresión sólo se hubiese profundizado. El capitalismo estaba sufriendo una crisis de sobreproducción que había alcanzado el punto de la no recuperación.

Después de la segunda guerra mundial, la economía capitalista de los EEUU se mantuvo por las guerras: la guerra de Corea, la guerra de Vietnam y el gasto para un gran aumento del aparato militar contra la Unión Soviética y China durante la guerra fría, incluyendo 2 millones de millones de dólares en el programa en contra de la URSS de Reagan.

También se mantuvo vertiendo dinero en los bancos y empresas en momentos cruciales de crisis. El gobierno capitalista rescató a la Chrysler; rescató a las asociaciones de ahorro y préstamo en el decenio de 1980; rescató a Wall Street después del desplome de 1987: el fondo de coberturas del Long Term Capital en 1999. Vertió dinero en el mercado de la vivienda y en Wall Street durante la recesión del 2000-2001.

El capital ha mantenido sus ganancias altas y estimuló su expansión al bajar los salarios despiadadamente a través de la reestructuración tecnológica, acabando con los sindicatos y fomentando una competencia de salarios en todo el mundo para bajar los salarios.

El imperialismo en sí es un signo de crisis en el sistema capitalista. Esto significa que el sistema no puede avanzar dentro de los confines del estado nacional por los medios económicos "normales". Debe ir al exterior a robar y saquear los pueblos de Asia, África, América Latina y el Oriente Medio para buscar súper ganancias.

Ahora el Pentágono está atascado en Afganistán y Pakistán; aún tiene más de 100.000 tropas en Iraq. El presupuesto militar es de 700 miles de millones de dólares para el próximo año – suficiente dinero para reconstruir las ciudades en estado de descomposición y volver a colocar a los/as trabajadores/as a sus puestos de trabajo. Pero Washington no ha sido capaz de conquistar territorios y pagar por sus guerras de agresión con ganancias provenientes del exterior. El intento de expandir el imperio se ha convertido en un desgaste en el sistema y está agravando la crisis doméstica.

Todos estos medios ya han sido llevados al límite. Millones de millones de dinero en rescates no han podido reactivar la economía y detener los despidos. El ejército ahora está súper desarrollado; lo que queda es de altísima tecnología y no puede movilizar a millones de trabajadores/as en la producción de la guerra. Los salarios han ido bajando durante 30 años y la clase trabajadora se ha empobrecido. Las fuentes históricas de reactivación se han agotado.

A los/as trabajadores/as se les está diciendo la mentira de que las cosas mejorarán. La clase trabajadora en los Estados Unidos ha vivido 10 recesiones luego de la 2da Guerra Mundial. Después de cada una el sistema revivió y se expandió; los empleos eventualmente retornaron para la gran mayoría de los/as trabajadores/as.

La administración de Obama, diversos medios de comunicación y economistas denominados "expertos" continuamente hacen hincapié en esta idea. Le dicen a los/as trabajadores/as que se necesita tiempo para recuperar la economía y que los empleos vendrán pero se tardan más en venir, así que esperen.

Mientras tanto, el congreso continúa extendiendo las prestaciones del seguro por desempleo y la asistencia de los cupones de alimentos para poder mantener pasivos/as a los/as trabajadores/as y evitar un movimiento de resistencia.

Esta esperanza de que deben soportar durante un tiempo suficiente para que mejoren las cosas está conformando la psicología general de los/as trabajadores/as en este momento. Pero esto es temporero, porque la crisis sólo está comenzando a develarse. Se debe subrayar una y otra vez que la crisis está en sus primeras etapas. Hay muchas semillas de las crisis que vendrán en el futuro.

Era de la "recuperación sin trabajos." Los/as trabajadores/as se enfrentan a una recuperación interminable sin trabajos. Una recuperación sin trabajos es donde la producción y las ganancias comienzan a recuperarse pero el desempleo sigue siendo el mismo o empeora. Esta tendencia en la economía capitalista de los EEUU comenzó en 1991 y se ha ido agravando.

Durante todas las crisis en el período de post-guerra, los puestos de trabajo retornaron cuando la producción comenzó a elevarse. Sin embargo, después de la recesión de 1991, o se perdieron trabajos o ninguno se agregó por más de 12 meses después de la recuperación capitalista. Tomó 18 meses para llegar a los niveles de empleo que había antes de la recesión.

La recuperación actual sin empleos es una continuación de esta tendencia en un nivel mucho más drástico. La economía se informó que había crecido a una tasa anual del 3,5 por ciento en el tercer trimestre de 2009. ¡Pero durante estos tres meses de reactivación económica, se han perdido 726.000 puestos de trabajo! Estas cifras no cuentan con el aumento de millones de trabajadores/as desalentados/as o trabajadores/as forzados/as a trabajar a tiempo parcial.

Productividad laboral, salarios bajos y la crisis. Nada muestra la crisis del capitalismo más que el hecho de que la rentabilidad y el aumento de la producción tienen lugar sobre la base del recorte de puestos de trabajo. Además, esos/as trabajadores/as que aún están empleados/as están siendo presionados/as a que trabajen más duro, más rápido y que produzcan más. Los salarios se están recortando mientras la gerencia aprovecha hasta el último minuto la mano de obra.

Durante tres décadas la innovación tecnológica despiadada ha estado dirigida en contra de los/as trabajadores/as. El capitalismo ha hecho que los/as trabajadores/as sean más productivos/as. Con la tecnología, ha transferido las destrezas de los/as trabajadores/as a las máquinas y al software. La gerencia siempre ha tratado de reducir las destrezas de los/as trabajadores/as y pagarles menos. Ir a la escuela para aprender una destreza no beneficiará realmente a las masas, ya que los capitalistas están destruyendo los empleos cualificados.

Los jefes han utilizado la crisis para intensificar la productividad. Sus planes son reducir la contratación si hay una recuperación. Esto muestra cuán imposible será, en virtud del sistema de ganancias, la recontratación de las decenas de millones de trabajadores/as que se encuentran ahora desempleados/as o sub-empleados/as.

El capitalismo estadounidense ha seguido la lógica inevitable del sistema de ganancias hasta su final. El capital debe tratar de reducir la mano de obra y los salarios implacablemente. Esta es la otra cara de la búsqueda de ganancias. Pero el capital también debe expandirse, si no muere. Por lo tanto, al destruir los salarios, deberá destruir su mercado, al mismo tiempo que amplía su capacidad para producir. Este proceso ha alcanzado el punto donde está conduciendo a un colapso total de la sociedad – y plantea una amenaza para la existencia de la clase trabajadora y de todo el planeta.

La clase trabajadora desconoce esta tendencia a largo plazo del capitalismo y de la magnitud de la crisis actual. Pero se dará cuenta cuando se profundice la crisis y no desaparezca. Es sólo una cuestión de tiempo antes de que comience a luchar como clase.

Señales de movimiento entre los/as trabajadores/as, estudiantes y activistas. Mientras la clase trabajadora y el movimiento sindical en general están retraídos después de décadas de ataques, seguidas por la crisis económica, hay crecientes focos de resistencia, tanto dentro como fuera del movimiento sindical.

El punto más bajo del movimiento sindical durante la crisis actual fue en el curso de los procesos de quiebra de la General Motors y la Chrysler. La dirigencia del sindicato industrial más poderoso en los Estados Unidos, la United Auto Workers, acordó humillantes y onerosas concesiones sin una lucha mientras las empresas planeaban cerrar más de 20 plantas y despedir a miles de trabajadores/as.

Pero en ese mismo momento, en diciembre de 2008, los/as trabajadores/as de la Republic Windows and Doors, Local 1110 del Sindicato United Electrical Workers en Chicago, cambiaron la atmósfera al ocupar su planta. La ocuparon durante seis días y obligaron al banco Bank of America a acceder a todas sus demandas de indemnización por despido, vacaciones pagadas y prestaciones. Este grupo de 250 trabajadores/as en gran medida negros/as y latinos/as, en su mayoría inmigrantes, animaron al movimiento sindical y se convirtió en un foco de solidaridad de clase en todo el país.

Mientras los/as trabajadores/as de la UE se mantenían ocupando su planta, 5.000 trabajadores/as de la Smithfield, obligaron a la planta de procesamiento de cerdos más grande del mundo, reconocer al sindicato United Food and Commercial Workers en el estado antisindical de Carolina del Norte, después de más de 15 años de lucha. La victoria, una de las más grandes en el sur en los últimos años, se logró por la alianza de negro/as, latinos/as, nativos/as americanos/as y asiáticos/as en una lucha que incluyó a un gran número de trabajadores/as inmigrantes.

En el período transcurrido desde entonces ha habido numerosas huelgas y luchas. Una reciente huelga de nueve semanas por el sindicato de los Teamsters en la SK Tools en Chicago, terminó con una victoria. Una huelga de los/as trabajadores/as de tránsito de Filadelfia ganó una victoria. Los/as trabajadores/as de Stella D ’Oro en el Bronx ganaron una valiente huelga de un año de duración en contra de las concesiones, pero luego la compañía fue vendida y cerró la planta.

Ha habido muchas luchas, pero son realizadas en aislamiento. No ha habido ningún intento por los dirigentes sindicales de dar apoyo importante a ninguna lucha en particular o de generar una lucha coordinada.

Existen redes de apoyo a trabajadores/as por parte de estudiantes creciendo por todo el país. El movimiento en contra de los talleres de explotación laboral recientemente tuvo una victoria contra la Russell Athletic, obligando a la empresa recontratar a los/as trabajadores/as despedidos/as en Honduras y reconocer su sindicato.

Los recortes en los colegios públicos y privados afectan a los/as estudiantes y a los/as trabajadores/as y llevan a alianzas de estudiantes y trabajadores/as para defenderse y luchar. Importantes batallas contra los recortes están teniendo lugar en California—Los Angeles, Berkeley y otros lugares.

El movimiento para una verdadera reforma de salud se está extendiendo y el movimiento sindical se ha involucrado, pero sólo simbólicamente y haciendo cabildeo. Una movilización masiva para la reforma de salud se necesita urgentemente.

Colectivos y grupos radicales independientes entre los estudiantes dentro y fuera de los recintos universitarios están proliferando por todo el país y tomando una gran variedad de temas—la guerra, el medio ambiente, la pobreza, recortes en los servicios sociales y así sucesivamente.

Un creciente movimiento contra la ola de ejecuciones hipotecarias y desalojos se está desarrollando en Detroit, Minneapolis, Chicago y otras ciudades.

Una marcha liderada por el movimiento sindical contra la Asociación Americana de banqueros en Chicago irrumpió en la Convención. Existen muchos movimientos locales, pero hasta ahora están fragmentados. Sin embargo, se están sentando las bases para un movimiento nacional.

Estos acontecimientos y muchos más que están surgiendo bajo la superficie representan señales tempranas de la resistencia. Es seguro que crecerán como respuesta a la crisis económica, la guerra y la ocupación en Iraq, Afganistán y Pakistán, los ataques políticos a las personas y otras medidas reaccionarias.

La lucha por puestos de trabajo. La cuestión primordial en la actualidad y lo seguirá siendo, es la lucha por puestos de trabajo. El Movimiento pro Rescate del Pueblo celebró una marcha por trabajos en Pittsburgh en el momento en que el G-20 se reunía en septiembre para llevar la política de la demanda de puestos de trabajo a los líderes de los países imperialistas ricos. Poco después, muchos sindicatos locales participaron y lideraron una marcha para exigir puestos de trabajo en Boston.

La marcha por trabajos de Pittsburgh tuvo éxito, ya que obtuvo el apoyo y la participación de la comunidad negra, así como la aprobación de los sindicatos United Steel Workers y del United Electrical Workers. Hizo un avance concreto en la construcción de la clase de alianza laboral/comunidad que es clave para el éxito futuro en la lucha contra la crisis.

La administración de Obama, bajo presión para hacer algo acerca de la crisis sobre los puestos de trabajo, no ha hecho sino señalar el paquete de estímulo, que no ha hecho nada para frenar la marea de 8 millones de puestos de trabajo perdidos desde diciembre de 2007. Ahora la administración está llamando a una cumbre sobre puestos de trabajo.

Por primera vez, a casi dos años de la crisis, el liderazgo del AFL-CIO finalmente ha puesto un programa nacional de puestos de trabajo en la agenda. Se trata de un programa legislativo destinado a desviar el dinero hacia la extensión de la asistencia para los/as trabajadores/as, seguro de desempleo, la creación de puestos de trabajo mediante la construcción de infraestructura, la reconstrucción de las comunidades destruidas, ayuda a pequeñas empresas, y así sucesivamente.

Es un paso hacia adelante que el liderazgo sindical haya intentado resolver la crisis a nivel nacional. El programa aboga por los/as desempleados/as. El desempleo es un gran peligro para el movimiento sindical. Fue presentado por el líder de la AFL-CIO Richard Trumka y apoyado por el Presidente del NAACP Benjamin Jealous; la Presidenta del Consejo Nacional de la Raza Janet Murgia; el Presidente de la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles Wade Henderson; y por Deepak Bhargava, director ejecutivo del Centro para el Cambio de la Comunidad. El Presidente del Instituto de Política Económica Larry Mishel moderó la conversación que Jealous catalogó como el comienzo de un movimiento nacional de derechos humanos para las oportunidades económicas.

El programa debería dar un impulso al movimiento por puestos de trabajo. Pero queda corto en muchas formas, incluyendo especialmente el fracaso de promover la absoluta necesidad de movilizar a los millones por dentro y fuera del movimiento sindical, empleados/as y desempleados/as, y ponerles en las calles y en Washington, D.C. y en otras ciudades para confrontar al establecimiento y exigir empleos.

El movimiento desde abajo debe afrontar este reto y promover una marcha por empleos. Y debe afrontar este reto desde un punto de vista internacionalista. El Movimiento pro Rescate del Pueblo ha hecho un llamado para una marcha por puestos de trabajo en Washington, D.C., el 10 de abril, en el 75º aniversario de la Administración de Progreso de Empleos (WPA) de Franklin Roosevelt. Un grupo de sindicalistas en la costa oeste ha llamado a la creación del Día de Solidaridad III en Washington, D.C., en la primavera. El terreno se ha sentado para la coalescencia de fuerzas para iniciar una lucha a gran escala por empleos e ingresos.

Solidaridad internacional y unidad es la clave para la victoria. Las empresas transnacionales en los Estados Unidos han usado su tecnología para dividir sus procesos de producción y repartirlos en todo el mundo donde pueden encontrar los salarios más bajos y la tasa más elevada de explotación.

Han utilizado este proceso para enfrentar a los/as trabajadores/as de todo el mundo entre sí y crear una competencia por los salarios mundialmente en una carrera para reducir los salarios en general. En la medida en que se agrava la crisis económica, tratarán de poner a los/as trabajadores/as en los Estados Unidos en contra de sí mismos/as – en particular apuntando a los/as trabajadores/as indocumentados/as. Tratarán de dividir a la clase obrera de aquí de los/as trabajadores/as en el exterior usando a los/as trabajadores/as en los países de bajos salarios, anteriormente colonias, y quienes están súper explotados/as por los jefes, como chivos expiatorios.

Esta es la misma táctica de dividir y conquistar que utilizan cuando acusan a los/as trabajadores/as indocumentados/as y a los/as inmigrantes en general; o cuando promueven el racismo para dividir a los/as trabajadores/as blancos/as de los/as trabajadores/as oprimidos/as.

La única manera de superar la competencia de salarios y el racismo que divide y el chauvinismo, es mediante la creación de conciencia de clase y solidaridad de clase aquí y en el exterior. No debe haber fronteras en la lucha obrera. Bajo el nuevo régimen del capitalismo de bajos salarios, los/as trabajadores/as negros/as, latinos/as, asiáticos/as, indígenas, medio orientales, y de las Islas del Pacífico, mujeres y hombres, heterosexuales y gays, lesbianas, bi y trans, documentados/as e indocumentados/as, van a desempeñar un papel de vanguardia en la lucha de clases. Los/as trabajadores/as blancos/as y todos/as los/as trabajadores/as deben luchar contra los esquemas capitalistas que les dividen entre sí.