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¿Por qué dejamos nuestras parcelas para venir a Copenhague?
Discurso de Henry Saragih, coordinador general de La Vía Campesina en la apertura del Klimaforum09
La Vía Campesina / Lunes 14 de diciembre de 2009
 

Esta es una noche muy especial en la que nos hemos unido para la apertura de la asamblea de los movimientos sociales y de la sociedad civil en el Klimaforum. Nosotros, el movimiento campesino internacional La Vía Campesina, hemos llegado a Copenhague desde las cinco esquinas del planeta, abandonando nuestras tierras, nuestro ganado, nuestros bosques, y también nuestras familias en los poblados y pueblos de los que venimos para unirnos a todos vosotros.

¿Por qué es tan importante para nosotros venir hasta aquí? Existe mas de una razón. Primero para deciros que el cambio climático ya está teniendo un impacto directo sobre nosotros. Nos ha traído inundaciones, sequías y brotes de pestes que están acabando con nuestras cosechas. He de resaltar que el fallo de nuestras cosechas no es algo que haya sido producido por los o las campesinas. No, sino que son los diferentes agentes contaminantes cuyas emisiones destruyen los ciclos naturales. De este modo, nosotros, los campesinos y campesinas y las y los agricultores de pequeña escala hemos venido aquí para decir que nosotros no vamos a pagar por sus errores. Y estamos aquí para pedir a los responsables de las emisiones que acepten sus responsabilidades.

En segundo lugar, me gustaría compartir con vosotros algunos factores sobre quien son en realidad los que emiten gases con efecto invernadero de origen agrícola: los nuevos datos recientemente publicados muestran claramente que son la agricultura industrial y el sistema alimentario globalizado los responsables de entre el 44 y el 57% del total de las emisiones de gases con efecto invernadero. Estos números se pueden desglosar como sigue: (i) Las actividades agrícolas son responsables del 11 al 15%; (ii) El desbroce y la deforestación causan un 15 al 18% adicional; (iii) El procesado de los alimentos, empaquetado y el transporte causan de un 15 al 20%; y (iv) La descomposición de los deshechos orgánicos causan otro 3 al 4%. Lo que significa que nuestro sistema alimentario actual es el mayor contaminante.

La cuestión a la que ahora hemos de responder es la siguiente: como solucionamos este caos climático y de hambre y aseguramos una calidad de vida mejor para los campesinos y campesinas, cuando todo el sector agrícola en si mismo esta contribuyendo con más de la mitad del total de las emisiones? Nosotros creemos que es el modelo industrial y el del agro-negocio el que está en la raíz del problema ya que los porcentajes mencionados anteriormente vienen de la deforestación y la conversión de los bosques naturales en plantaciones de monocultivos, todo ello llevado acabo por las Corporaciones de Agro-negocios. No por producciones agrícolas familiares. Semejantes emisiones de metano en agricultura se deben también al uso de urea como fertilizante petroquímico durante la Revolución Verde, masivamente apoyada por el Banco Mundial. Al mismo tiempo, la liberalización del mercado agrícola promovido por los tratados de libre comercio (TLC) y por la Organización Mundial del Comercio (OMC) está, igualmente, contribuyendo a las emisiones de gases con efecto invernadero debido al procesado de los alimentos y el transporte de estos a lo largo y ancho del planeta.

Si sinceramente queremos atajar la crisis del cambio climático, la única manera existente es detener la agricultura industrial. Los agro-negocios no solo han contribuido enormemente a esta crisis climática, sino que también han masacrado a los y las campesinas y pequeños agricultores del mundo. Millones de campesinas, mujeres y hombres de todo el planeta, han sido expulsados de sus tierras. Millones también son víctimas, en miles de formas diferentes, de violencia cada año por que sus tierras están en zonas de conflicto en Africa, Asia y América Latina. Los y las campesinas y los jornaleros suponen la inmensa mayoría del más de un millón de personas que sufren hambre en el mundo. Y es debido al libre comercio que muchos campesinos se han suicidado en el Sur de Asia. Por todo esto, el fin del la agricultura industrial es el único camino hacia adelante.

Traerán las actuales negociaciones sobre el clima, basadas en mecanismos comerciales sobre el carbón, alguna solución al cambio climático? A esto, nosotros decimos que estos mecanismos de comercio sobre el carbón servirá solo a los países y compañías contaminantes, y solo traerá desastres a los campesinos y a las gentes indígenas de los países en desarrollo. La iniciativa REDD (Reducción de Emisiones de la Deforestación y la Degradación, por sus siglas en inglés) ya ha expulsado de sus tierras a muchos indígenas y a pequeños productores en los países en desarrollo. Y mas y mas tierras de cultivo están siendo convertidas en plantaciones de árboles para atraer así más créditos de carbón.

En la COP 13 en Bali 2007, La Vía Campesina propuso la solución de los sin tierra y los pequeños campesinos para el cambio climático: "Los campesinos de pequeña escala, sostenibles, están enfriando el planeta". Y aquí, en el COP 15, queremos traer de nuevo esta propuesta, respaldada por las cifras que demuestran que podría reducir en más de la mitad las emisiones de gases con efecto invernadero. Estas cifras se recogen de: (i) Recuperando la materia orgánica en el suelo se reducirían las emisiones en un 20 al 35%; (ii) Revirtiendo la concentración de la producción cárnica en producciones-fábricas y reintegrando la producción conjunta de cosechas y ganado reduciría las emisiones en un 5 al 9%; (iii) Situando los mercados locales y los alimentos frescos en el centro del sistema alimentario se reducirían en otro 5 al 9%; y (iv) Deteniendo el desbroce y la deforestación, se eliminarían entre el 15 y el 18% de las emisiones. En resumen, extrayendo la agricultura de los grandes agro-negocios corporativos y devolviéndola a los campesinos y campesinas, podemos reducir a la mitad la emisión total de gases de efecto invernadero. Esto es lo que nosotros proponemos, y se llama Soberanía Alimentaria.

Y para conseguir esto, necesitamos que los movimientos sociales trabajan en conjunto y luchen juntos para poner fin a las soluciones hipócritas actuales que están hoy sobre la mesa de negociación sobre el cambio climático. Esto en una condición sinecuanon. De otro modo nos enfrentaremos a una tragedia mucho mayor de escala mundial. Nosotros, como movimientos sociales, hemos de situar nuestra agenda sobre la mesa, por que nosotros somos las principales víctimas climáticas y los primeros refugiados climáticos, y por esto es que la justicia climática esta en nuestras manos.

En la Conferencia sobre Alimentación de la FAO en 1996, los gobiernos se comprometieron a reducir el hambre a la mitad para 2015. La realidad es que recientemente, el número de hambrientos en el mundo ha aumentado drásticamente. No queremos que pueda ocurrir lo mismo con las conferencias sobre el clima y ver como las emisiones aumentan aún más independientemente de los que los gobiernos negocien dentro del Foro de Naciones Unidas sobre la Crisis del Cambio Climático.
Queremos invitar a todos los movimientos presentes en Copenague a unirse para poner conjuntamente la justicia climática sobre la mesa. La justicia climática solo será alcanzada a través de la solidaridad y la justicia social.