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Cahucopana: en defensa de los derechos humanos y la exigencia del respeto al derecho internacional humanitario
Shameel Thahir Silva / Miércoles 16 de diciembre de 2009
 

Los últimos meses del 2008 en Colombia estuvieron marcados por una historia macabra que realmente no era nueva para el grueso de la población colombiana que sufre el día a día del conflicto social y armado en el que estamos sumergidos desde hace décadas, pero que para la desinformada supuesta opinión pública colombiana, la manipulada clase media de las ciudades del país, era algo atroz de lo que hasta ahora se venían a dar cuenta, me refiero a los jóvenes desaparecidos de Soacha Cundinamarca, los cuales salieron de la ciudad con supuestas propuestas de trabajo en Norte de Santander para finalmente aparecer como guerrilleros asesinados en combate en la ciudad de Ocaña meses después. Estos seres humanos fueron involucrados en una red macabra de la fuerza pública de producción de “resultados” de la seguridad democrática, entiéndase por resultados guerrilleros asesinados, el problema es que estos guerrilleros asesinados que esta red “produce” no son guerrilleros, son ciudadanos colombianos que viéndose en la pobreza absoluta como en el caso de los muchachos de Soacha, aceptaron cualquier puesto de trabajo ofrecido por los asquerosos personajes que simplemente los enganchaban en un viaje sin regreso.

¿Qué reciben los miembros de la fuerza pública al matar a un ciudadano colombiano disfrazado de guerrillero y presentarlo como miembro de la guerrilla ante sus superiores?: dinero, días de vacaciones, reconocimiento… en otras palabras: bienestar material. ¿Por qué lo hacen?: la situación política y social colombiana empuja a una cantidad cada vez mayor de jóvenes a las filas de la fuerza pública, especialmente a las filas del ejército, la política de seguridad democrática ha convertido al estado colombiano en una máquina de guerra contra sus mayorías, pues utilizando como principal combustible a los miembros de esas mayorías, apoya todo el peso de sus botas militares en esas mayorías esperando la pronta destrucción del tejido social que han construido con el paso de los años evitando así que estas construyan poder político y manteniendo con esto el poder de las minorías burguesas, terratenientes y oligarcas. Eso es terrorismo de estado.

La Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño CAHUCOPANA, es una organización campesina fundada el 4 de diciembre de 2004. CAHUCOPANA es un excelente ejemplo de las contradicciones propias del conflicto social y armado colombiano y como este se ha radicalizado con la Política de Defensa y Seguridad Democrática del gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez. CAHUCOPANA concentra sus esfuerzos en el trabajo integral por la defensa y el respeto de los derechos humanos, la convivencia y la vida digna de las comunidades campesinas del Nordeste Antioqueño, desafortunadamente desde antes de su fundación a sido víctima de este terrorismo de estado, especialmente de las mal llamadas ejecuciones extrajudiciales, las cuales no son más que cobardes asesinatos cometidos por seres bestiales.

Historias de muerte e impunidad gracias al Terrorismo de Estado

Luis Sigifredo Castaño, conocido campesino trabajador, minusválido de uno de sus brazos, miembro de la Junta de Acción Comunal de Caño Tigre y participante activo de dos acciones humanitarias en el Nordeste Antioqueño fue asesinado por militares del Batallón Calibio, adscritos a la XIV Brigada del Ejército y presentado como guerrillero muerto en combate por sus asesinos en Agosto de 2005. Más de 100 familias del Nordeste Antioqueño a esa fecha, se vieron obligadas a desplazarse de sus parcelas por los hostigamientos de la fuerza pública y el asesinato indiscriminado de civiles para incrementar las cifras favorables a la Seguridad Democrática (1) y limpiarle el camino a las trasnacionales interesadas en la riqueza natural y mineral del Nordeste Antioqueño y el Sur de Bolívar.

Para Agosto del 2006 el Batallón Plan Especial Energético y Vial No.8 adscrito a la Brigada XIV del Ejercito Nacional bajo el mando de los conocidos mayor Galvis y el sargento López acompañado de un civil el cual responde al nombre de Camilo Tamara y que es reconocido como antiguo poblador de la región que señalo a una cantidad considerable de pobladores que curiosamente hacen parte de la junta de acción comunal de la vereda de Cancha de Manila y de la junta de acción humanitaria de CAHUCOPANA como supuestos auxiliadores de la guerrilla, desplego una serie de operaciones militares que causaron el desplazamiento masivo de la población campesina del lugar (2). Los militares mencionados al mando del Batallón no tuvieron ningún problema en afirmar de manera amenazante a los campesinos de la vereda la próxima incursión paramilitar en los primeros días del mes de septiembre de ese año, tanto así que el ejercito coloco letreros alusivos al Bloque Central Bolívar de las AUC en la vereda Cancha de Manila y sus alrededores (3)

El 4 de septiembre del 2006 a eso del medio día la familia del campesino Pablo Emilio Agudelo Sánchez, habitante de la vereda Dos Quebradas del municipio de Remedios Antioquia escucho en la Emisora del Ejercito “Colombia Estéreo” que miembros del Batallón Calibio habían “dado de baja” a un supuesto guerrillero en los alrededores de su vereda. Tres horas antes miembros de ese mismo batallón habían intimidado al joven para que les mostrara un camino y él como muchos otros campesinos a lo largo y ancho del país no le quedo más que obedecer a los que por medio de la fuerza quieren imponer sus intereses egoístas y de claro desprecio al pueblo colombiano en general. Después de realizar varias indagaciones la familia del joven campesino confirmo sus temores y encontró su cadáver en el municipio de Remedios en la inspección de Policía. Tiempo después lo único que les quedo por hacer fue desplazarse de su parcela para conservar lo único imprescindible, sus vidas.

Al día siguiente, 5 de septiembre del 2006, la Junta de Acción Comunal de la vereda Tamar del municipio de Remedios en zona limítrofe entre el Sur de Bolívar y el Nordeste Antioqueño hizo el levantamiento del cadáver del labriego José Manuel Girón, muerto por el impacto de la bala de una escopeta calibre 16. Cabe resaltar que para el momento el incremento de la presencia de la fuerza pública, especialmente de la Brigada XIV y V del ejército nacional era un hecho contundente que se explica por ser paso obligado entre las ricas zonas en recursos naturales y minerales del Nordeste Antioqueño y el Sur de Bolívar, pues la fuerza pública colombiana se perfila como una de las tropas regulares más eficientes en cuanto a la defensa de los intereses del capital trasnacional a nivel mundial.

Seis días después, 11 de septiembre del 2006, en la vereda Caño Tigre también del municipio de Remedios, cuatro hombres encapuchados vestidos con prendas propias de la fuerza pública, portando fusiles galil, hostigaron a los estudiantes de la escuela y a toda una familia que se movilizaba por el camino de la vereda tomándoles fotografías y preguntándoles por varios dirigentes campesinos de la región.

A partir del 14 de noviembre del 2006 tropas del Batallón Calibio evitaron el ingreso de mercados mensuales superiores a los $280000 a 13 veredas del municipio de Remedios como Anacoreto, Caimana Alta, Caimana Baja, Camelia, Campo Bijao, El Chiquillo, El Paso de la Mula, La Ceiba, La Cristalina, La Gorgona, Popero, Río Negrito y San Juan de Ité bajo el argumento que son víveres para la guerrilla. Repetimos, la profundización del bloqueo económico y sanitario del Nordeste Antioqueño, así como los asesinatos selectivos, mal llamados falsos positivos, de los líderes de las organizaciones campesinas como CAHUCOPANA, ACVC o las mismas Juntas de Acción Comunal por parte de la fuerza pública o paramilitares, está dirigido a obligar a los campesinos a desplazarse forzadamente para que la resistencia propia de ellas y ellos, los legítimos pobladores de esas tierras, no interfieran con los intereses del capital trasnacional.

Alrededor de las 930 am del 25 de noviembre del 2006 Don Guillermo León Benítez, campesino del Nordeste Antioqueño, partió de la vereda Lejanías rumbo a la vereda Cruz Vagitales, a eso de las 400 pm las comunidades de estas veredas escucharon una balacera, el señor Benítez nunca llego a su destino. Los militares de los batallones Calibio, Plan Especial Energético y Vial No. 8 de la XIV Brigada del Ejército Nacional son los asesinos.

Un mes después del asesinato por parte de la Fuerza Pública de Don Guillermo León Benítez, exactamente el 25 de diciembre del 2006, muy temprano en la mañana, llegaron por lo menos 20 soldados de la Brigada XIV a la casa de Pedro Pablo Zamudio Delgado, líder comunal reconocido en la vereda Caño Tigre del municipio de Remedios, presidente para la época de la Junta de Accion Comunal de la vereda, miembro de la junta local de CAHUCOPANA y participante en la mesa de diálogo con el Estado colombiano del “Encuentro Comunal por la vida digna del Magdalena Medio”. Los soldados le reclamaron violentamente que supuestamente guerrilleros se la pasaban en su casa haciendo llamadas por el hecho que el contaba con teléfono en su casa y finalizaron sus reclamos con la amenaza que si sabían de guerrilleros apareciendo en su casa se lo llevaban de su predio vivo o muerto. ¿Esa es la actitud propia de un soldado que se supone está al servicio del pueblo colombiano?

El 6 de enero del 2007 soldados del Batallón Plan Especial Energético y Vial No. 8 del Ejército Nacional mataron vilmente a Heriberto Correa, campesino de la vereda Santa Marta. Así saludo la fuerza pública el inicio del 2007 para CAHUCOPANA y los campesinos y campesinas del Nordeste Antioqueño.

William Sánchez era un trabajador de la tierra dedicado, un agricultor laborioso como muchos colombianos, con tan solo 28 años y con toda una vida por delante tenía claro que a pesar de lo duro que es vivir en la vereda Alto Tamar por el abandono estatal propio del gobierno de unos pocos para unos pocos, se iba a dedicar a cultivar. Tristemente el canalla ejército colombiano con sus miembros del Batallón Plan Especial Energético y Vial No. 8 lo ejecutaron entre el 4 y el 5 de febrero del 2007 para presentarlo ante la oficialidad como guerrillero asesinado en combate siendo tan poco originales de decir que se le conocía como “alias William”. Ahí termino otra vida, ahí termino un sueño más de vivir en paz en medio del conflicto.

El 26 de marzo de ese año, como si la única respuesta a la resistencia pacífica fuera la brutal violencia estatal, soldados del batallón Calibio asesinaron cruelmente al joven campesino Carlos Mario García vinculado a la Asociación Campesina del Valle del Rio Cimitarra y habitante de la vereda Ojos Claros. El muchacho tenía solo 22 años de edad.

Para el 9 de mayo en la vereda Puerto Nuevo Ite la comunidad identifico al señor Jesús Piñeros como miembro de la red de informantes de los escuadrones de la muerte de la fuerza pública al servicio del gobierno de la seguridad democrática, el señalador iba con las tropas del batallón calibio por la zona acusando a miembros destacados de la comunidad de guerrilleros. Ese día dos paramilitares llegaron a la casa de Henry Hoyos, presidente de la junta de acción comunal de la vereda y lo amenazaron de muerte si no se iba del lugar. ¿Por qué hacen esto si el destacado líder comunitario no tiene nada que ver con la guerrilla?

El terrorismo de estado continuo haciendo de las suyas durante el 2007 en el Nordeste Antioqueño, el bloqueo económico y sanitario, las amenazas y hostigamientos a la población civil, entre otras actividades ilegales, militaristas y autoritarias, propias de los que se dicen defensores del pueblo colombiano en camaradería con criminales despiadados como lo son los paramilitares, a pesar de los actos de resistencia y valentía de la comunidad campesina de la región, continuaron sembrando el miedo y la zozobra para facilitar la penetración del capital trasnacional y su insaciable apetito por la riqueza nordeste antioqueña. El 20 de agosto del 2007 al medio día fue encontrado el cuerpo sin vida de un hombre, asesinado con arma de fuego, fue dejado en el lugar seguramente para causar terror, de eso se trata finalmente, especialmente cuando la comunidad acababa de regresar a sus tierras después de haberse concentrado en la vereda Puerto Nuevo Ite para evitar su desplazamiento forzado y luego desplazarse a Barrancabermeja donde finalmente lograron en una negociación tortuosa y estratégicamente demorada por los agentes estatales de más de tres meses, conseguir el retorno a sus tierras con la promesa incumplida por el gobierno de la seguridad democrática de que la tranquilidad iba a llegar a sus vidas.

El 4 de Septiembre del 2007, un martes, en la vereda Puerto Nuevo Ite, lugar de la última concentración campesina en resistencia al desplazamiento forzado de la región, dos paramilitares reconocidos como miembros de las Águilas Negras y antiguos miembros del Bloque Central Bolívar llegaron a la casa de la señora María Edit Jiménez y su esposo Henry Hoyos, en ese momento se encontraba en la casa la señora Mónica Johana Ruba Cardona, nuera del señor Hoyos. Ese par de bastardos la amenazaron diciéndole que la pareja y sus familias debían abandonar la región inmediatamente porque sino todos iban a morir y procedieron a llevarse el registro civil de nacimiento de la señora Cardona. La señora Jiménez y el señor Hoyos son reconocidos líderes campesinos de la región que participaron en las negociaciones en Barrancabermeja con el gobierno Uribe, ellos escucharon la falsa promesa del presidente sobre la tranquilidad que el gobierno les garantizaba desde ese momento, y por reclamar sus derechos a vivir son hoy víctimas del terrorismo de estado.

Un mes después, entre el 13 y el 18 de Noviembre del 2007, tropas del Batallón Calibio al mando del sargento viceprimero Bohórquez patrullaron la región en compañía de desertores de la guerrilla que señalaron injustamente a campesinos de la región. Entre esos injustos señalamientos esta el del señor Lorenzo Camacho del caserío de Dosquebradas el cual fue violentamente agredido por la tropa del señor Bohórquez pues fue acusado injustamente por los desertores de abastecer con alimentos a la guerrilla. Desafortunadamente así es como funcionan las investigaciones judiciales de la injusticia militar, con desertores que motivados por los beneficios económicos que la política de seguridad democrática les da, acusan injustamente a campesinas y campesinos honorables los cuales han tenido como único crimen la determinación de permanecer en sus tierras a costa de su vida misma.


El Asesinato de Miguel Angel: un punto de quiebre

Meses después, el 18 de enero del 2008 fueron detenidos arbitrariamente por tropas del Batallón Calibio, al mando del teniente Chavarría de la XIV Brigada de nuestro indecente ejército nacional, los líderes campesinos y dirigentes de la Asociación Campesina del Valle del Rio Cimitarra (ACVC) Ramiro Ortega Muñeton y Miguel Angel Gonzales Huepa, acusados injustamente de rebelión, los lideres se encontraban en la vereda Puerto Nuevo Ite reunidos con la comunidad cuando las tropas irrumpieron violentamente en compañía de Jesús María Piñeres, un traidor a su comunidad que se vendió al dinero manchado de sangre del gobierno Uribe, a cambio de señalar a líderes campesinos inocentes del Nordeste Antioqueño. 11 días después, el hijo de Miguel Angel Gonzales Huepa, de solo 23 años, conocido por todos como Galo, pero llamado Miguel Angel Gonzales Gutiérrez y reconocido líder de CAHUCOPANA, el cual valientemente el día de la captura de su padre denuncio cara a cara de las bestias militares todas sus violaciones a sus compañeras y compañeros del Nordeste Antioqueño, salió de su finca hacia Puerto Nuevo Ite a las 5.00 de la tarde, mientras andaba a todo galope en su caballo fue asesinado por una patrulla del Batallón Calibio que después lo presento ante la opinión pública como una “baja en combate”. Galo dejo a su esposa con sus dos hijos, Edwin Miguel de 4 años y Darwin Miguel de solo 4 meses. Continuo al asesinato de Miguel Angel las tropas del Batallón Calibio siguieron presentándose en Puerto Nuevo Ite, sin insignia que los representara y amenazando a la comunidad con la pronta llegada de las Águilas Negras a la vereda.

3 días después del asesinato del joven Miguel Angel Gonzales Gutiérrez, se presentaron en la casa de Fidelino Guerrero cinco soldados del Batallón Calibio, el señor Fidelino, campesino trabajador que llevaba años en la región trabajando su tierrita con amor y dedicación, se encontraba descansando después de unan extenuante jornada de trabajo junto a su familia en su finca en donde estos soldados lo amenazaron violentamente diciéndole que era mejor que se fuera si no quería correr peligro. Todo porque un desertor de la guerrilla lo señalo injustamente estimulado por los beneficios materiales que le da la política de seguridad democrática para acabar con la vida de la gente digna de este país.

Estas constantes violaciones a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario por parte del ejército colombiano a la comunidad campesina del nordeste antioqueño la llevo a declarar campamento de refugio humanitario interno en Puerto Nuevo Ite para evitar el desplazamiento forzado de sus tierras. El 21 de febrero del 2008 tropas al mando del sargento Galvis ocuparon el campamento de refugio humanitario hasta el día siguiente, y con el capitán Dueñas amedrantaron a la población y violaron transversalmente toda norma propia del derecho internacional humanitario, al poner en riesgo a la población civil teniendo en cuenta que se encuentran en zona de conflicto, y más allá de ocupar el territorio del campamento de refugio humanitario, indagaron por la vida y obra de los miembros y lideres de CAHUCOPANA, con la segura intención de llevarlos al mismo destino que el joven Miguel Angel. Descaradamente las tropas del Batallón Calibio volvieron el miércoles 27 de febrero argumentando tontamente que la constitución avalaba la violación del campamento de refugio humanitario por parte de ellos, afortunadamente la población campesina les exigió mantenerse al margen del territorio del campamento logrando con esto hacer respetar en algo sus derechos. Al día siguiente, tropas al mando del coronel Ramírez amenazaron al campesino y coordinador de CAHUCOPANA el señor Carlos Arturo Morales Mayorga además de hostigar a los que se encuentran instalados en el campamento de refugio humanitario de Puerto Nuevo Ite.

El 19 de Marzo del 2008 se repitió la historia de muerte que hemos venido denunciando y que CAHUCOPANA hizo en su momento valerosamente, Luis Horacio Ladino Guarumo, miembro del grupo de trabajo de campo de CAHUCOPANA, campesino trabajador de hacha y machete, de 42 años de edad, de la vereda Caño Tigre, fue asesinado por tropas del Batallón Calibio al mando del subteniente Manrique. Este hecho provoco, precisamente lo que buscan estas bestias, el desplazamiento de aproximadamente 80 personas de la región a Barrancabermeja.


La violación al DIH y los viles robos

Casi al mes, en la vereda Santa Marta, tropas al mando del Sargento Motta del Batallón Plan Especial Energético y Vial no. 8, retuvieron a la población en la escuela y la intimidaron durante considerable tiempo intimidándola y gritándole buscando “supuestamente” a la guerrilla y sus colaboradores. Esta es otra clara violación al derecho internacional humanitario por parte de las tropas del ejército nacional dirigidas por el gobierno de la seguridad democrática. Al mes siguiente repitieron sus violaciones al derecho internacional humanitario, esta vez al mando del sargento rodríguez, el 16 de junio del 2008 en la vereda Altos de Manila, acampando dentro de las viviendas de los campesinos y preparando sus alimentos ahí mismo. A esto debemos agregarle la presencia de personajes encapuchados patrullando con las tropas, seguros paramilitares, personajes que lo único que generan es comprendido temor entre la población.

4 días después, el 20 de junio del 2008, tropas del batallón Calibio, las mismas tropas que lo habían amenazado el 28 de febrero, entraron a la casa del directivo de CAHUCOPANA Carlos Arturo Morales Mayorga y le robaron el mercado que compro con el sudor de su frente valorado en 400.000 pesos, además de haber dañado buena parte de su casa.

El sábado 5 de julio fue interceptado por tropas del batallón calibio en compañía de un reinsertado paramilitar el aserrador de oficio, Joaquín, campesino de Puerto Nuevo Ite, los soldados le robaron su documentación aunque afortunadamente no lo mataron. Paralelamente, ese mismo día en la vereda dos quebradas, militares robaron de la casa de la presidenta de CAHUCOPANA 1.200.000 pesos del presupuesto del proyecto de formación de derechos humanos financiado por MISEREOR, entidad alemana.


Más Terrorismo de Estado.

Manuel Sánchez es un campesino de aproximadamente 40 años de edad, padre de familia, habitante de la vereda Lejanías del municipio de Remedios, miembro de la Junta de Acción Comunal de la vereda, dedicado al trabajo artesanal de la minería. El 5 de agosto de 2008 salió de su vivienda en Mulatos montando una mula y llevando otras dos para nunca mas volver. Se dirigía a Lejanías, pero compañeros de Manuel encontraron en horas de la tarde las mulas amarradas al lado del camino y señales de forcejeo y muchas pisadas. Manuel había desaparecido. 4 días después fue encontrado su cuerpo sin cabeza cerca de ahí, su cabeza presentaba múltiples heridas de machete, fue asesinado por paramilitares apoyados por las tropas del ejército nacional y los miembros de la policía que obligaron a la población a enterrar el cuerpo en el lugar del siniestro al negarse a hacer el levantamiento del cadáver como es su obligación legal y constitucional.

Con la zozobra y el miedo generado por el aberrante asesinato de don Manuel, meses después, entre el 16 y el 17 de enero del 2009, hicieron presencia en la vereda Alto Tamar y la vereda Carrizal, miembros de las Águilas Negras. El batallón calibio y el batallón plan especial energético y vial no.8 les abrieron el camino en los años anteriores y ellos se presentan ahora cínicamente como dueños y señores de la región a terminar el trabajo de “limpieza” para el capital trasnacional. De todas maneras el apoyo del ejercito nacional es incondicional y estos hicieron presencia en la vereda Puerto Nuevo Ite, el 28 de enero, irrespetando el derecho internacional humanitario y hostigando a la población entregando volantes que invitan a la desmovilización, como si esta fuera guerrillera.

Cuarta Acción Humanitaria del Nordeste Antioqueño

En este punto prefiero citar en su totalidad la convocatoria a la Accion Humanitaria:

“Necesitamos dar a conocer la crisis humanitaria en la que nos encontramos las comunidades campesinas del nordeste antioqueño, las violaciones a los derechos humanos de las que somos víctimas y las infracciones al derecho internacional humanitario causadas por la implementación de la Operación Atenea, en el marco de la política de “seguridad democrática”, como las ejecuciones extrajudiciales en las que campesinos de nuestra región son asesinados y posteriormente presentados como guerrilleros dados de baja en combate, como sucedió con los compañeros Heriberto Correa, Sigilfredo Castaño, Pablo Emilio Agudelo, León Benítez, William Hernán Sánchez, Carlos Mario García David, Miguel Ángel González Gutiérrez y Luis Horacio Ladino Guarumo, crímenes cometidos por tropas del Ejército Nacional adscritas al Batallón Batalla de Calibío, perteneciente a la 14a. Brigada.

En el periodo comprendido entre 2005 y 2009, son 14 los casos de campesinos víctimas de ejecuciones extrajudiciales en el nordeste antioqueño, integrado por territorios de los municipios de Remedios y Segovia, y que hacen parte de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra.

Estas acciones son acompañadas por el abandono estatal, el constante señalamiento, la estigmatización y montajes judiciales hacia las organizaciones campesinas y sus dirigentes; negando así toda clase de derechos y posibilidades de gozar de una vida digna.

Como respuesta a lo anterior, en los últimos dos años las comunidades campesinas de esta zona nos hemos visto en la obligación de declararnos en campamento de refugio humanitario como mecanismo de protección para nuestra integridad personal, como estrategia de resistencia organizada y por la defensa de nuestro territorio.

Toda esta arremetida es la única respuesta a la lucha insaciable de nuestras comunidades campesinas por exigir el respeto a nuestros derechos, los cuales han quedado en promesas falsas de nunca cumplir por parte del Gobierno Nacional.

Por lo anterior, las comunidades campesinas del nordeste antioqueño representadas en la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño (Cahucopana) convocamos a las organizaciones sociales regionales, nacionales e internacionales a que se vinculen y apoyen la realización de la cuarta acción humanitaria al nordeste antioqueño, que se llevará a cabo en la vereda Puerto Nuevo Ité, del municipio de Remedios (Antioquia) entre el 15 y el 19 de mayo de 2009.

Objetivos:

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Visibilizar que los asesinatos cometidos por el Ejército Nacional en la región, denominados como “falsos positivos”, son una política de estado para generar desplazamiento e impunidad.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Denunciar la continuidad de la presencia paramilitar en la región, ahora conocidos como Águilas Negras.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Generar espacios de discusión y análisis de la situación de la región, en particular de las ejecuciones extrajudiciales y del contexto de impunidad.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Crear un espacio de acercamiento entre las comunidades de la región con otras experiencias organizativas, por medio de actividades formativas, de diálogo y lúdicas.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Realizar una jornada de memoria histórica y de lucha contra el olvido.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Realizar una jornada humanitaria y de asistencia médica para las comunidades del nordeste antioqueño.”4

La Cuarta Acción Humanitaria del Nordeste Antioqueño fue una nueva oportunidad para que la comunidad campesina de la región exigiera digna y pacíficamente que paren los atropellos del gobierno de la Seguridad Democrática en la cara del Batallón Calibio, el Batallón Plan Especial Energético y Vial No. 8 y las Águilas Negras. Fue una oportunidad para exigir el derecho a la vida propio de cualquier ser humano y condenar las mal llamadas ejecuciones extrajudiciales que no son mas que viles asesinatos por parte de la fuerza pública tal cual como lo hemos visto a lo largo de este articulo. Fue una oportunidad para consolidar la organización del campesinado del Nordeste Antioqueño y con esto demostrarle al capital trasnacional y las minorías explotadoras de este país expresadas en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez que ante el desarrollo militar del estado en contra de la sociedad organizada colombiana hay mucho que ganar y ellos tienen todo que perder.