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Cierran la torre 9 de la penitenciaría de Valledupar
 

El viernes 26 de marzo en la noche fueron trasladadas las cerca de cien mujeres recluidas en el establecimiento de alta seguridad de Valledupar, quienes impulsaban desde el mes de septiembre de 2009 una ardua campaña de cierre de la Torre 9, como única alternativa para dignificar sus condiciones de vida en prisión, ante las sistemáticas violaciones de sus derechos humanos y luego de haber agotado todos los mecanismos ante las autoridades penitenciarias y carcelarias.

Esta campaña fue la respuesta a las graves violaciones a los derechos humanos tales como:

- Las deficiencias de la infraestructura y la inadecuada prestación de servicios básicos, tales como la falta casi total de agua en una zona del país donde la temperatura promedio oscila entre los 37 y 40 grados, lo que generó graves problemas de salud, que además no contaron con una debida atención medica.

- Los tratos crueles inhumanos y degradantes que se presentaron contra la población reclusa en general y contra las mujeres en particular, que se tradujeron en maltratos, amenazas, golpizas, trato discriminatorio, la utilización indiscriminada de gases lacrimógenos y la persecución contra las representantes de Derechos Humanos del Patio.

- El padecimiento psicológico que causa un sistema penitenciario diseñado y construido para albergar reclusos hombres y que prohíbe o pretende negar su feminidad –prohibición de utilizar accesorios, maquillaje, imposición del uniforme masculino- o cuando menos el libre desarrollo de la personalidad.

- Las afectaciones tanto físicas como psicológicas, dentro de las cuales se encuentran numerosos casos de depresión, que incluso condujeron al suicidio.

- La lejanía y el aislamiento familiar y social, que se expresa en la separación de sus hijos, debido que muchas de las detenidas de esta cárcel ostenta la condición de ser madre cabeza de hogar.

El centro de reclusión de alta seguridad de Valledupar fue el primer establecimiento construido en el país bajo la asesoría del Buró Federal de Prisiones de los Estados Unidos y es considerada por la población reclusa como la cárcel de castigo por sus graves violaciones a los derechos humanos.

A la campaña de cierre de la Torre 9 se sumaron diferentes organizaciones sociales tanto nacionales como internacionales, quienes con su solidaridad y denuncia lograron hacer visible la problemática de las mujeres de “la Tramacúa”.

A pesar de que el cierre de la Torre 9 significa un avance en el reconocimiento de las graves deficiencias del sistema penitenciario y carcelario del país, debemos señalar que aún falta mucho para que el estado colombiano adopte medidas eficaces que permitan a las mujeres y hombres tener condiciones dignas de reclusión, en particular los cerca de 1.500 detenidos hombres que aún viven en condiciones infrahumanas en la Cárcel de Alta seguridad de Valledupar.

Por lo anterior la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos agradece el apoyo de quienes se sumaron a esta campaña y hace un nuevo llamado a la comunidad nacional e internacional para seguir apoyando las campañas de dignificación de los detenidos en Colombia.