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Encuentro cultural en la Sierra Nevada de Santa Marta
Reencuentro con la memoria y los ancestros
Daniel Maestre Villazón / Martes 8 de mayo de 2007
 

Del 5 al 10 de junio de 2007 el pueblo kankuamo se reúne en la comunidad de Atanquez para celebrar el Encuentro Cultural Folklórico de la Sierra Nevada de Santa Marta. Este encuentro se realiza como una manera de seguir apostándole a una recuperación cultural y de memoria, un encuentro que busca fortalecernos como pueblo, mostrando que es posible compartir con pueblos diferentes y que es posible vivir en paz a pesar de las diferencias.

Este encuentro cultural se hace en el marco de la fiesta del Corpus Crhisti o fiesta del sol, fiesta en la que se conmemora el año nuevo de la cosecha o solsticio de verano. Esta es una celebración que se realizaba y se realiza a lo largo y ancho de la América Indígena. En unos pueblos aún se conserva intacta, en otros, como en el caso de los kankuamos, es una fiesta que se ha mantenido a través del tiempo disfrazada o enriquecida con la tradición católica. Pero, aun así, los kankuamos, unos sin saberlo, otros con plena conciencia, siguen alimentando a la madre y a los ancestros con la danza y el canto; bailando en los lugares sagrados, donde, desde los tiempos antiguos, los mamos adivinaron que en esos lugares se debía de pagar con danzas y música para que la madre nos permita seguir viviendo, como alguna vez se lo oí decir a un mamo Wiwa, al Mamo Rumaldo Gil: "aquí en esta fiesta, bailamos pa’ no morí. Bailamos pa’ que la Madre nos siga manteniendo vivo, pa’ que las cosechas sean buenas, pa’ que los inviernos y los veranos no nos maten, pa’ eso bailamos y pagamos. Pa’no morinos".

Este año, al igual que desde hace varios años atrás, van a ver muchas ausencias. Muchas ausencias porque la violencia a la cual el pueblo kankuamo se ha visto sometido ha ido dejando su rastro de sangre y muertes y que hasta la fecha vamos contabilizando 342 asesinatos, de los cuales 116 fueron cometidos en los dos primeros años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez; este año vamos a extrañar el baile ágil y gracioso de Abel Alvarado, Mamo y capitán de la danza de los diablos, asesinado por los paramilitares el 8 de diciembre del 2002; el tambor de los negros extrañará las manos callosas de Lalo, quien murió de tristeza en el 2004, debido al asesinato de su hijo Víctor Maestre a manos de los militares en el mismo año. Lalo era bailador de la danza de los negros, era el tamborero que siempre nos acompañaba a bailar hasta tarde en la noche, era uno de los últimos que se iba a acostar; extrañaremos el gracioso baile de José del Carmen Paso quien hacia parte de la danza de los negros, asesinado por los paramilitares en el 2003; cómo olvidar a Farid Patricio Arias, también bailador de los negros, y así a muchos más que en este momento no recuerdo.

A pesar de estos asesinatos, los kankuamos siguen bailando, los hijos de las personas asesinadas siguen bailando las danzas en las que sus padres participaban como una manera de mantener vivos los sueños y la memoria, siguen bailando como una manera de no olvidar y de seguir manteniendo la armonía del universo, siguen bailando y dándole de comer a la Madre. Como lo hacían sus padres, hermanos, familiares o amigos.

También en Bogotá

Paralelo a este encuentro, el día 27 de mayo de 2007, los kankuamos que estamos desplazados en Bogotá y que no podemos ir al territorio porque aún los paramilitares de esa zona siguen ejerciendo presión en Valledupar y la parte baja de la Sierra Nevada de Santa Marta, queremos también encontrarnos, queremos seguir celebrando la vida y queremos compartir con las personas y organizaciones que nos han tendido su mano.

Queremos alrededor de la danza, la música, la comida y la palabra fortalecernos como pueblo; como pueblo que a pesar de estar lejos de su territorio, sigue empeñado en conservar su cultura y sus tradiciones. Un pueblo que desde la distancia también le paga a la Madre para no morir y sobre todo vamos a encontrarnos… porque nos negamos a olvidar y porque desde donde estén nuestros muertos nos piden que exijamos verdad, justicia y reparación; para que de esta manera garanticemos que sus hijos y nuestros hijos no sufran una nueva repetición de la violencia que sufrimos y creemos que esto solo será posible en la medida que los autores intelectuales, los que se beneficiaron de estas muertes, sean procesados por la justicia, sean juzgados por tribunales que garanticen el debido proceso y de esta manera tengan la oportunidad de defenderse, oportunidad que le negaron a nuestros familiares y amigos a la hora de mandarlos a asesinar, que si son hallados culpables paguen por sus actos. Solo, si esto es garantizado, podemos creer en una verdadera reparación.

Hace algún tiempo escuché a un anciano atanquero decir: "si los arcabuces y los perros de los conquistadores no pudieron extinguirnos, como tampoco lo pudieron hacer los cepos y los templos quemados por los misioneros, o las burlas y los engaños de los llamados "civilizados"… mucho menos la dinamita estallando y destruyendo nuestras piedras de pagamento, y hoy tampoco lo harán las armas de la gente que quiere nuestras tierras. Nada de esto ha podido borrarnos o aniquilarnos porque hasta este momento la memoria y la dignidad siempre han tenido el poder de reconstruir nuestra historia y de traer el pasado al presente y desde ahí seguir resistiendo como lo que somos: indígenas.

Cualquier información que requieran acerca del Encuentro Cultural en Atanquez, los próximos 6, 7, 8, 9 y 10 de junio, o del Encuentro en Bogotá el día 27 de mayo, nos pueden escribir al correo: morumdua@gmail.com o llamar al celular # 313 404 35 90.

Esperamos su solidaridad con estos eventos, que la Madre Tierra y los buenos espíritus los acompañen y protejan y sobre todo ellos les fortalezcan para seguir en el sueño de construir un mundo donde todos quepamos y donde podamos seguir celebrando la vida.