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Zonas de Reserva Campesina en el sur de Bolívar: Una propuesta de reordenamiento territorial rural
Luis Molina López / Miércoles 12 de enero de 2011
 

El articulo describe, mediante un proceso metodológico cualitativo y dentro de un marco de análisis que

recoge aspectos tratados desde la perspectiva de la economía agraria y la geografía humana, los efectos de la

política pública de reservas campesinas en el sur del departamento de Bolívar, así como sus avances y retos en

el reordenamiento territorial rural.

En este contexto, el documento evidencia como en el sur de Bolívar se presentan nuevas configuraciones

territoriales resultado de una construcción social ejercida por sus propias comunidades campesinas;

igualmente, el documento busca presentar un breve análisis de la estructura agraria de las reservas campesinas

e ilustrar el nuevo ordenamiento subyacente, producto del control territorial que están desarrollando actualmente los grupos armado ilegales.

Los avances, dificultades y retos de las reservas campesinas, son el eje central del presente articulo, ya que la

figura se presenta como un interesante proyecto de política pública, no solo de colonización y de reforma

agraria, sino de ordenación rural territorial, más aun cuando en el país no se ha logrado aprobar un ley

orgánica de ordenamiento territorial que involucre de forma integral los aspectos territoriales con los agrarios,

saliendo de la concepción de lo agrario por fuera de lo meramente agrícola.

Abstract

The article describes by means of a methodological process and inside an analysis mark that picks up aspects

tried from the perspective of agrarian economy and the human geography, the effects of the public politics of

the rural reservations in Bolívar’s south, as well as its advances and challenges in the territorial reorganization

of the territory.

In this context, the document evidences the process of the new territorial configurations, in Bolívar’s south,

result of a social construction exercised by its own rural communities. In a same way the document presents a

brief analysis of the agrarian structure of the rural reservations, and it illustrates the new underlying

classification, product of the territorial control that develop the illegal armed groups at the moment.

The advances, difficulties and challenges of the rural reservations, are the central axis of the present text,

since the figure is presented as an interesting project of public politics, not alone of colonization and of

agrarian reformation, but of territorial rural ordination, stiller, when in the country it has not been possible to

approve an organic law of territorial classification that involves in an integral way the territorial aspects with

the agrarian ones, going outside of the conception of the agrarian thing of the strictly agricultural thing.

INTRODUCCIÓN

El sur de Bolívar ha sido una región históricamente enmarcada dentro de una situación problemática

compleja, donde confluyen varios factores determinantes como: el conflicto armado interno, la proliferación

de cultivos de uso ilícito, la inequitativa concentración de la propiedad rural, el inadecuado acceso a servicios

sociales básicos (educación, salud, saneamiento básico, etc.) y el paulatino avance del deterioro del medio

natural. Dentro de este contexto problemático surgen dos reservas campesinas como resultado de un proceso

de negociación entre el Estado y organizaciones sociales de base frente a la demanda de mejores condiciones

sociales, económicas y políticas del campesinado no solo del sur de Bolívar sino del Magdalena medio en

general.

Las zonas de reserva campesina ZRC propuestas pese a que no han tenido un apoyo decidido por parte del

Estado para lograr su adecuada implementación, han presentado avances interesantes en el reordenamiento

territorial rural para el sur de Bolívar, especialmente al presentarse como una nueva forma de organización

territorial que trasciende los limites político-administrativos tradicionales (municipio, provincia,

departamento, etc) y permite avanzar en la construcción de una propuesta territorial regional, donde su

configuración final no obedezca a la decisiones tomadas desde niveles de poder político tradicional, sino

como respuesta a los procesos históricos y culturales de sus pobladores.

Dado que el sur de Bolívar es una región con ventajas naturales y de geoposicionamiento estratégico dentro

del contexto nacional, aun no ha logrado construir una propuesta de desarrollo territorial que le permita

avanzar hacia mejores y mayores niveles de bienestar para sus pobladores. En este sentido, el presente

artículo busca describir sucintamente los efectos de la política pública de reservas campesinas, así como sus

avances y retos en la ordenación territorial rural, ya que esta novedosa figura se presenta como una

herramienta que aun no alcanzado los niveles de comprensión ni de implementación necesarios para cumplir

con su propósito inicial de democratizar el acceso a la propiedad de la tierra y mantener una estructura agraria

donde prime la pequeña y mediana propiedad.

1. ACERCA DE LAS ZONAS DE RESERVA CAMPESINA

Desde la promulgación de la constitución nacional Colombiana, encontramos como deber del Estado, entre

otros, “promover el acceso progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrarios, en forma

individual o asociativa, ...con el fin de mejorar el ingreso y calidad de vida de los campesinos” (Constitución

Nacional, 1991. art. 64).

En este contexto normativo, surge la Ley 160 de 1994, la cual define las reservas campesinas como áreas

geográficas seleccionadas por la junta directiva del Incora, teniendo en cuenta las características

agroecológicas y socioeconómicas regionales, dichas zonas mantienen como propósitos fundamentales:

la regulación, limitación y ordenamiento de la propiedad rural, eliminar su concentración y el

acaparamiento de tierras baldías a través de la adquisición o implantación de mejoras, fomentar la

pequeña propiedad campesina y prevenir, la descomposición de la economía campesina del colono y

buscar su transformación en mediano empresario3.

Las reservas campesinas se reglamentan en 1996 a través del decreto 1777, y un mes después se fijan los

criterios generales y el procedimiento para seleccionarlas y delimitarlas con el acuerdo 024. Las ZRC tienen

como objeto: “fomentar y estabilizar la economía campesina, superar las causas de los conflictos sociales que

las afecten y, en general, crear las condiciones para el logro de la paz y la justicia social en las áreas

respectivas4”. De igual forma, el decreto reglamentario 1777 establece como objetivos específicos de las

reservas entre otros:

1. Controlar la expansión inadecuada de la frontera agropecuaria del país.

2. Evitar y corregir los fenómenos de inequitativa concentración, o fragmentación antieconómica de la

propiedad rústica.

3. Crear las condiciones para la adecuada consolidación y desarrollo sostenible de la economía campesina y

de los colonos en las zonas respectivas.

4. Crear y constituir una propuesta integral de desarrollo humano sostenible, de ordenamiento territorial y de

gestión política.

5. Fortalecer los espacios de concertación social, política, ambiental y cultural entre el Estado y las

comunidades rurales, garantizando su adecuada participación en las instancias de planificación y decisión

local y regional.

Aunado a los objetivos mencionados, las ZRC fomentan la pequeña propiedad rural, acorde con las políticas

de conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables. Este nuevo instrumento permite

armonizar las políticas desarrollo rural, de medio ambiente y de ordenamiento del territorio, en especial a la

hora de guiar el proceso de regulación, ocupación y aprovechamiento de baldíos. Dentro de los aspectos más

importantes de esta figura encontramos que al interior de las mismas se fijan límites a la propiedad rural en

términos de unidades agrícolas familiares UAF5, lo cual dinamiza el mercado de tierras entre propietarios y

campesinos colonos, además, la figura da prioridad a las acciones del Estado en cuanto al otorgamiento de

subsidios e incentivos a favor de las poblaciones campesinas.

Es oportuno ahora señalar en este momento, que las reservas campesinas, se presentan como una política

pública que redefine la tradicional forma de concepción de colonización en nuestro país, ya que permite

explorar alternativas de reordenamiento de la estructura predial latifundista, al imponer limites a los rangos

máximos y mínimos de adjudicación.

2. CONTEXTO GENERAL DE LAS RESERVAS CAMPESINAS EN EL SUR DE

BOLÍVAR

Las reservas campesinas son un instrumento relativamente reciente de políticas públicas en Colombia, esta

nueva figura se ha implementado en varias regiones y municipios del país como el Pato-Balsillas (Caquetá),

Calamar (Guaviare), Cabrera (Cundinamarca), en el Sur de Bolívar en Arenal-Morales y en el Valle

del Río Cimitarra en los municipios de San Pablo, Cantagallo y Yondo. Este capitulo presenta los resultados

de la investigación culminada a principios de 2005, pasando por su caracterización geográfica espacial y por

la reconstrucción histórico normativa de la política pública hasta llegar a su configuración en la región en

mención.

2.1 Localización geográfica espacial

El área de estudio se localiza en Colombia al sur del departamento de Bolívar, esta región mantiene límites

con los departamentos de Antioquia, Cesar y Santander. Básicamente las áreas estudiadas son dos reservas

campesinas; una la del Sur de Bolívar, se localiza en la margen izquierda del río Magdalena entre las

coordenadas ESTE: 1.008.400 – 1.023.400 y NORTE: 1.390.300 – 1.430.500, con una extensión de

28.715,6094 Ha6; la comparten los municipios de Arenal, Morales y Simití (en una pequeña proporción); la

otra la del Valle del Río Cimitarra, se ubica en el costado oriental de la cordillera central y parte del valle del

río Magdalena, y al costado sur de la serranía de San Lucas. La región se extiende entre las coordenadas planas vértice nororiental (Mn 1.360.000, Me 1.030.000) y vértice surocidental (Mn 1.220.000, Me 940.000),7

en inmediaciones de los municipios de San Pablo, Cantagallo, en el Sur de Bolívar y, Yondo en el nordeste

Antioqueño (ver anexo mapa 1).

2.2 El proceso histórico normativo de las reservas

La figura de zonas de reserva campesina ZRC aparece en la legislación Colombiana con la expedición de la

Ley 160 del 3 de agosto de 1994, por la cual se crea el sistema nacional de reforma agraria y desarrollo rural

campesino. Dos años más tarde se reglamentan a través del decreto 1777 del 1 de octubre de 1996, como

consecuencia de las movilizaciones campesinas y de cocaleros ocurridas en ese mismo año, no solo en el Sur

de Bolívar sino en otras regiones del país como el Putumayo, Guaviare y Caquetá. Estas movilizaciones,

según Fajardo, ocurrieron a raíz de la aplicación masiva de controles a la comercialización de insumos para el

procesamiento de la hoja de coca, también demandados con fines de uso lícito (cemento, combustibles).

Luego de las marchas campesinas de 1996 aparece el 25 de noviembre de este mismo año el acuerdo 024, el

cual fija los criterios generales y el procedimiento para seleccionar y delimitar las zonas de reserva

campesina, contexto normativo que da las pautas para constituir las primeras reservas en el país.

A mediados de 1999 se constituye y delimita la reserva campesina de Arenal-Morales en el sur del

departamento de Bolívar mediante el acuerdo 054, como respuesta del Estado a las demandas de los

campesinos, nuevamente en el sur de Bolívar en 1998, situación que obliga al gobierno a delimitar la reserva

campesina piloto de Arenal – Morales como estrategia para calmar los ánimos de las comunidades

campesinas y como una medida complementaria que se conjugaría con la formulación del plan de desarrollo

integral de derechos humanos para el Magdalena Medio.

Ahora bien, este proceso de creación de reservas campesinas se mantuvo en el Magdalena Medio

específicamente en los municipios de San Pablo, Cantagallo, en el sur de Bolívar y, Yondo en el nordeste

Antioqueño, dando lugar a la constitución y delimitación de la ZRC del Valle del Río Cimitarra, establecida

por la resolución 028 del 10 de diciembre de 2002, la cual fue posteriormente suspendida mediante resolución

046 del 3 de abril de 2003; este proceso de constitución y posterior suspensión ocurre, primero, por la

decidida acción de la Asociación de Campesinos del Valle del Río Cimitarra, en la búsqueda de estabilizar la

economía campesina y en busca de la titulación masiva de terrenos baldíos y de inversión no solo desde el

Estado sino desde organismos de cooperación internacional; segundo, por que el 7 de marzo de 2003,

mediante reunión de las autoridades y representantes de la comunidad de los municipios en mención profieren

un comunicado a la opinión pública, donde manifiestan su descontento por la constitución de la reserva

campesina del valle del río cimitarra, el cual es enviado al gobierno nacional y la junta directiva del INCORA,

la cual establece que hasta que no se establezcan plenamente los hechos de inconformidad de la comunidad, o

se consideren superados dichos motivos, la junta directiva del INCORA decide suspender la ZRC en

cuestión8.

Como resultado de este proceso histórico y normativo, el sur de Bolívar cuenta en la actualidad con una

reserva vigente (Arenal-Morales) y una suspendida (Valle del Río Cimitarra), la primera, aun no ha logrado

implementarse adecuadamente debido a la falta de una acción decidida del Estado, tanto en asistencia como

en recursos económicos para su desarrollo; la segunda, presenta un fuerte conflicto interno armado que no

permite avanzar en un proceso de reconciliación y negociación entre los actores armados ilegales, situación

que no deja claro el futuro de esta reserva.

2.3. El modelo de estructura agraria predominante en las ZRC del sur de Bolívar.

La estructura agraria de las reservas campesinas del Sur de Bolívar, mantiene un modelo de tipo bimodal, este

corresponde fundamentalmente a la polarización de la propiedad de la tierra entre un sector compuesto por

minifundios y predios de economía campesina, y otro de tipo latifundista, compuesto por mediana y gran

propiedad. El modelo bimodal presente en las reservas no se aparta de las características clásicas expresadas

por Antonio García, es decir, presenta debilidad e incertidumbre sobre los derechos de propiedad, bajos

niveles de ahorro y dificultad para consolidar e implementar sistemas de cooperación, uso ineficiente del

suelo, débil presencia del Estado, y discriminación y exclusión económica y social contra los pequeños

propietarios.

Alrededor de estas afirmaciones, observamos como la grafica 1 presenta la estructura predial de la ZRC de

Arenal-Morales, allí se aprecia claramente la bimodalidad de la cual hacíamos referencia, evidenciando la

relación inversa entre predios minifundistas y latifundistas, en donde el 77,5% son menores a una UAF y

ocupan tan solo el 19,9% del total del área de la reserva, a diferencia de un 5,8% de predios con extensiones

mayores a 105 hectáreas, esta situación refleja claramente la mayor concentración de tierra en unos pocos

predios frente una alta subdivisión de las parcelas campesinas.

Cabe concluir que la concentración de la tierra, el difícil acceso a mercados, la falta de créditos accesibles, el

deterioro paulatino del medio natural, la presencia de cultivos de uso ilícito y el continuo asecho de la

violencia generada por el control territorial de guerrilleros y autodefensas, son elementos característicos de la

estructura agraria de las reservas campesinas de la región del sur de Bolívar. La confluencia conflictiva de los

elementos mencionados dentro de la estructura agraria del sur de Bolívar, presentan grandes dificultades para

el desarrollo integral de estas zonas, ya que se configura socialmente problemática, no solo dentro de las

relaciones sociales, económicas, políticas y ambientales, sino dentro del proceso mismo de ordenamiento

territorial que busca la política pública, ya que los elementos descritos, juegan un papel preponderante donde

la tenencia segura de la tierra y las acciones violentas mantienen un rol decisivo para el desarrollo territorial

regional del Magdalena Medio.

3. Campesinos, conflicto interno armado y reconfiguración territorial

Con las marchas de 1996 y el éxodo campesino hacia Barrancabermeja en 1998, se reinicia un proceso de

guerra, presente en la región, que culmina9 con un nuevo ordenamiento del territorio, donde se pasa de un

dominio casi total de la guerrilla (FARC y el ELN), al control parcial de los paramilitares; este

reordenamiento del territorio se concretiza para los paramilitares en el dominio absoluto de las cabeceras

municipales de la región (ver anexo mapa 2) y de las zonas aledañas de llanura aluvial.

Por su parte en las guerrillas10 se hace evidente su repliegue militar y la pérdida del control de buena parte del

territorio. Este nuevo orden territorial es el resultado de un proceso violento de guerra, masacres y

desapariciones forzadas que se mantuvo desde finales de 1998 en la región, y tuvo su punto más álgido entre

el 2000 y el 2001, con las más de 400 muertes selectivas acontecidas en Barrancabermeja11.

El hecho que los paramilitares mantengan el control territorial de buena parte del territorio de las reservas

campesinas, genera grandes inconvenientes para implementar una figura que busca eliminar la concentración

antieconómica de la tierra, ya que muchos terratenientes regionales financian estos grupos como una medida

de protección para sus bienes. Frente a este nuevo control territorial los pobladores dicen:

es una zona de descanso, se dice que dominan los paras, pero no es tan así, hay otros grupos

[guerrilla] transitando la zona baja12.

Fundamentalmente las asociaciones campesinas de base, como la ACVC y Asoreserva, están buscando

construir una propuesta de ordenamiento territorial rural a partir de las dinámicas que históricamente han

tenido con la tierra, estas dinámicas se han ido concretizando en figuras socioterritoriales complejas como las

reservas campesinas, encauzando esfuerzos dentro de una estrategia mayor de reforma agraria y de (re)

ordenamiento territorial construido desde la base social, y buscando una relación armónica entre sociedad y

medio ambiente.

La confluencia histórica de concentración de la tierra, de bimodalidad en la estructura agraria, de deterioro de

los recursos naturales y de violencia a partir del control de zonas marginales y con profundos desequilibrios

en la economía agraria, se convierte en la razón de ser para el surgimiento de las reservas campesinas, esta

multiplicidad de factores complejizan las acciones sobre el territorio y dificultan, aun más, las relaciones del

campesino con los actores armados, los cuales no han encontrado la estrategia eficaz para enfrentar

situaciones socialmente problemáticas que en muchas oportunidades repercuten en acciones violentas.

4. A MANERA DE CONCLUSION

De la política pública

La política pública de zonas de reserva campesina, más que la redefinición de las políticas de colonización, es

un avance en el ordenamiento y desarrollo territorial rural, ya que permite traspasar los límites de las

entidades territoriales y configurar regiones que no obedecen a una decisión arbitraria de tipo tecnocrático,

sino que son el producto de las dinámicas sociales suscitadas por el diario transcurrir de sus comunidades; se

debe precisar también, que la política pese a fijar limites a la propiedad y mantenerla dentro de unidades que

promuevan el desarrollo de la economía campesina, no ha dado aun el paso a legitimizar y a hacer efectivo ese nuevo reordenamiento social de la propiedad, lo cual deja entrever sus limitantes de tipo político y de

decisión institucional.

El futuro inmediato de las ZRC en el Sur de Bolívar es incierto, ya que la política nacional de desarrollo rural

y el programa presidencial contra cultivos ilícitos PPCI, contempla como prioritarias las áreas de desarrollo

rural y agropecuario ADR, para implementar las acciones en materia de desarrollo rural alternativo, dejando

de lado, o más bien, desconociendo la legitimidad social de las reservas campesinas. Esta situación acontece

debido a la estigmatización dada a las reservas por los grupos paramilitares en las zonas donde están

constituidas. Conviene distinguir que las ADR se presentan contrarias a las ZRC, ya que, aun cuando sus

objetivos centrales son presentados similarmente, las ADR no contemplan una estrategia clara de

reordenamiento social de la propiedad rural como si lo hace las reservas campesinas, asimismo, la

problemática sociopolítica parece desaparecer de la esfera del desarrollo rural e igualmente la participación

activa de las comunidades no se vislumbran como eje trascendental en la toma de decisiones que afectan su

propio desarrollo.

Es notoria la omisión, por parte del Estado, de articular las políticas de desarrollo, igualmente, las reservas

campesinas, pierden su verdadera finalidad (en una categoría de política transaccional13), ya que carecen

capacidad para concertar y negociar frente a situaciones problemáticas.

La política de reservas campesinas en el Sur de Bolívar no ha evidenciado ningún avance acorde con los

objetivos con los cuales fue concebida debido a su inconclusa implementación. Aun cuando es una figura con

loables intenciones, no ha logrado convertirse en una herramienta de articulación de políticas de desarrollo

rural, por el contrario las decisiones de parte del Estado no reflejan una decidida acción hacia el

fortalecimiento de este tipo de políticas.

De los avances y retos en el (re) ordenamiento territorial rural del sur de Bolívar

Las relaciones que se generan alrededor de la tenencia de la tierra, y de esta en la configuración social,

política, económica y territorial, fue y sigue siendo, la estructura principal que subyace a cualquier proceso de

desarrollo territorial rural para los municipios del Sur de Bolívar. La tenencia de la tierra es la principal

demanda del campesinado en el Magdalena Medio, esta le permite no solo el acceso a un bien capitalizable

con seguridad económica, sino acceso a créditos para la producción agrícola, además que incentiva la

inversión en las unidades de producción familiar, lo cual repercute en un aumento de la productividad de las

mismas.

Es necesario recalcar, que las reservas campesinas constituidas en Arenal-Morales y en el Valle del Río

Cimitarra, son el resultado de un intento incompleto de implementar parcialmente una política pública, no

solo de colonización sino de ordenamiento territorial rural. Ahora bien, la búsqueda de soluciones al problema

de tenencia de la tierra, al manejo adecuado de los recursos naturales y al desarrollo integral (económico,

social y político) de los campesinos, ha sido el propósito general de la política, pero la realidad se presenta de

forma distinta ya que sus pobladores no ven un avance significativo en el logro de estos objetivos.

Tal vez uno de los alcances más significativos de la política, en el reordenamiento del territorio, aun cuando

no se alcanzo a limitar la propiedad rural, y no se logro avanzar en un cambio significativo sobre la

bimodalidad agraria, es haber trascendido los límites político-administrativos tradicionales, dando como

resultado una reconfiguración del territorio (ver anexo mapa 3), a partir de las dinámicas sociales de sus

pobladores; esta nueva situación obliga a repensar los espacios territoriales no solo desde los municipios sino

desde las regiones, y más aun, a pensar estas últimas como resultado de una construcción social que obedece

a un proceso de relaciones entre sus pobladores.

No cabe duda que las reservas campesinas del Sur de Bolívar se encuentran entre una estructura agraria

bimodal y una propuesta de reordenamiento territorial inconcluso, donde, los cambios en la propiedad rural se

limitaron a una escasa titulación de predios, que no necesariamente correspondían a unidades productivas para

un núcleo familiar, y donde, no se afectó de forma significativa la gran propiedad y por el contrario se

incentivó la microfundización de la estructura predial14, como se observa en algunas veredas en proximidades

de la cabecera municipal de Arenal. Sin embargo, y aún cuando no se ha logrado implementar los objetivos

específicos de la política, se denota un leve cambio hacia la búsqueda de un reordenamiento territorial político

administrativo producto de la lógica de sus pobladores y no como resultado de decisiones tecnocráticas.

Notas:

1
. El presente artículo hace parte de una investigación más amplia acerca de los efectos de la política pública de reservas campesinas, tanto

en la estructura agraria como en las relaciones generadas entre campesinos y actores armados ilegalmente en el Sur del departamento de

Bolívar.

2
. Docente de la escuela de ingeniería ambiental y de saneamiento de la Universidad de la paz en Barrancabermeja Santander.

3. República de Colombia, Congreso de la república, Ley 160 de 1994, art. 79.

4. Ministerio de Agricultura y desarrollo rural, decreto 1777 de octubre 1 de 1996 por el cual se reglamenta parcialmente el capitulo XIII

de la Ley 160 de 1994, en lo relativo a las Zonas de reserva Campesina.

5
. La Unidad Agrícola Familiar- UAF, Según el DNP, se define como “un fundo de explotación agrícola, pecuaria, forestal o acuícola que

depende directa y principalmente de vinculación de fuerza de trabajo familiar, sin perjuicio del empleo ocasional de mano de obra

contratada. La determinación de tal fundo depende de la extensión, cobertura y uso de la tierra y de la producción en la zona, de tal

manera que sea suficiente para suministrar cada año a la familia que lo explote, en condiciones de eficiencia productiva promedio,

ingresos equivalentes a 1.080 salarios mínimos legales diarios”

6. Dato obtenido de la confrontación de la cartografía DANE, formato E00, planchas números 75 y 85 Instituto Geográfico Agustín

Codazzi IGAC, escala 1: 100.000, Plancha Incora ZRC Arenal y Morales, escala 1: 100.000, 1998, y planchas prediales IGAC, escala

1:25.000, 75-I-C, 75-I-D, 75-III-B, 75-III-D, 85-I-B.

7
. INSTITUTO COLOMBIANO DE LA REFORMA AGRARIA. (2002). Resolución 028 de diciembre 10 por el cual se constituye y se

delimita la zona de reserva campesina del Valle del Río Cimitarra en los municipios de Yondó en Antioquia y, Cantagallo y San Pablo en

el departamento de Bolívar.

8
. Elaborado con base en la resolución 046 del 3 de abril de 2003.

9
. Al decir culmina no se expresa que este completamente acabado, sino que se mantiene dentro de una aparente calma que no explicita su

reinicio.

10
. Principalmente las FARC, pues el ELN ha tenido en los últimos años un repliegue militar mayor.

11
. Al respecto el observatorio de paz integral OPI, en su pagina www.opi.org.co, se encuentra construyendo una base de datos con los

principales hechos, de la ultima década, que atentan contra los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, en temas

referentes a amenazas, ataque a bienes civiles, enfrentamientos armados, atentados, desaparición forzada, desplazamiento forzado,

homicidios, torturas, acciones bélicas, etc.

12
. Declaraciones de un lider campesino de la ZRC de Arenal-Morales.

14
. Entiendase por microfundio los predios menores a media Unidad Agrícola Familiar UAF.


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