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El horror en primera persona
Un libro reconstruye la vida del partido colombiano Unión Patriótica a través del testimonio de 22 militantes exiliados a España para no sufrir la persecución
Amat Sapena / Martes 25 de enero de 2011
 

Su éxito fue su muerte. El Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC comenzaron en 1984 unas conversaciones de paz que desembocaron en la creación de la Unión Patriótica, un partido político en el que se integraron guerrilleros que decidieron cambiar las armas por la palabra. Los resultados en las elecciones de 1986 fueron tan buenos que Unión Patriótica empezó a ser un peligro. En menos de una década, cerca de 5.000 militantes de este movimiento político fueron asesinados, torturados o encarcelados.

El periodista Paco Simón acaba de publicar Volver a nacer. Memoria desde el exilio del genocidio de la Unión Patriótica en Colombia, un trabajo, junto al sociólogo Jorge Moruno, en el que reúne testimonios de 20 militantes de la Unión Patriótica que optaron por el exilio en España para no correr la misma suerte de los 5.000 compañeros de partido que fueron asesinados, torturados o encarcelados y de cuatro familiares. "Todos se sienten orgullosos de lo que fueron y siguen combatiendo por lograr una paz con justicia social en Colombia", afirma el autor. "Hay una parte de los exiliados que no quiso hablar por miedo o porque quería olvidar lo que ha sufrido", señala Paco Simón.

La existencia de la Unión Patriótica prácticamente se extinguió en 1995 con el asesinato de su último senador, ya que a partir de ahí su presencia fue testimonial. "En 2002 le fue arrebatada su personalidad jurídica. En 1986 obtuvo 300.000 votos, máximo histórico de la izquierda colombiana, con la candidatura de Jaime Pardo Leal a la presidencia de la República. Eso desencadenó el genocidio político de la Unión Patriótica. En octubre de 1987 Pardo Leal fue asesinado, respuesta al éxito de este movimiento político". Simón habla de genocidio "aunque pueda sonar fuerte", ya que argumenta que "la ONG Reiniciar presentó una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA), denunciando el caso de la Unión Patriótica. En el 1997 la Comisión admitió a trámite la demanda y afirma que puede tratarse de un genocidio utilizando un uso corriente de la expresión".
Simón tiene claro que la persecución que sufrió la Unión Patriótica "no fue gratuita, tenían miedo que creciera y se convirtiera en la respuesta social a los problemas de los más necesitados de Colombia. Por eso la guerrilla es difícil que llegue a un acuerdo con el Estado para cesar su actividad, no se fía tras lo que sucedió con la Unión Patriótica"

De todos los testimonios que se recogen en el libro es especialmente sobrecogedor el de Hoover Saldarriaga. "Fue dirigente de la Unión Patriótica y candidado a la alcaldía de un pueblo. Empezaron a amenazarlo y decidió que tenía que irse. Un sábado salió de la localidad, el lunes su suegra recogió los enseres de la familia, el miércoles entraba una pareja a vivir en la casa y a las pocas horas eran asesinados al ser confundidos con los anteriores inquilinos", dice Simón. La mayoría de los crímenes y torturas han quedado "impunes" como asevera el autor del libro. "Son escasos los casos resueltos y cuando ha sido así nunca se ha llegado al fondo. Por ejemplo, dos policías fueron condenados por el asesinato del senador Manuel Cepeda pero el caso se cerró sin averiguar quién ordenó el asesinato, está claro que ellos no actuaron por libre, alguien fue el autor intelectual. Es más, normalmente estos crímenes siempre se atribuían a disputas internas de la Unión Patriótica".

"En Colombia existe una democracia formal pero que no es real"
La comunidad internacional también parece que mire hacia otro lado. "Hay una serie de intereses económicos que hacen que no se ponga coto a esta situación y que el Estado colombiano no dé explicaciones de lo que ha pasado. La clase dirigente de Colombia ha sido inteligente, allí no hay una dictadura, hay elecciones cada cuatro años, un Congreso, un Senado... pero no hay democracia. Dos tercios del Congreso están acusados de vínculos con los paramilitares. Es una democracia formal pero no real."
Para Paco Simón, el conflicto que vive Colombia es fruto "de la situación social y política del país. Yo soy el primero en condenar la guerrilla y la violencia, pero la única forma que tenían los campesinos de luchar contra los terratenientes era la autodefensa".

Vea el video documental "Volver a nacer":

http://www.ceps.es/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=48&Itemid=76