Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
:: Magdalena Medio, Colombia ::
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Detenidos activistas campesinos en Colombia
Allanada sede del movimiento social rural, arrestan a líderes
Dan Feder / Domingo 30 de septiembre de 2007 / English / italiano
 

Hacia las cinco de la tarde del 29 de septiembre, agentes de seguridad allanaron la sede de la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra (ACVC) en la ciudad de Barrancabermeja. Simultáneamente, agentes arrestaron a los miembros de la ACVC Andrés Gil, Óscar Duque, Evaristo Mena (quienes estaban lejos, en una reunión en el caserío de El Cagüí) y Mario Martínez (en su casa de Barrancabermeja). Todos, a excepción de Mena, hacen parte de la junta directiva de la ACVC.

Oscar Duque. Photo: D.R. 2007 International Peace Observatory

La maquinaria de intimidación del estado colombiano estaba a plena marcha para esta amplia operación de "seguridad". El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, equivalente colombiano al FBI - ver este reporte de Narco News) llevó a cabo el allanamiento y los arrestos. Según un comunicado de la ACVC emitido anoche, cerca de 50 soldados acompañaron a los agentes del DAS para el allanamiento de la oficina, ocupada por diez personas. Ante las protestas de la comunidad, cuando llegaron a arrestar a los tres líderes en El Cagüí, "los agentes dispararon al aire".

Un vocero del DAS en Bucaramanga, donde se encuentran actualmente los cuatro detenidos, no pudo responder preguntas ni revelar los cargos que enfrentan. La Fiscalía no respondió llamadas. No sorprende que el DAS escogiera la noche del sábado para el allanamiento, puesto que la mayoría de oficinas del gobierno permanecen cerradas hasta la mañana del lunes.

La ACVC es una de las más organizadas y poderosas asociaciones rurales en Colombia. Con 11 años de existencia, está integrada por comunidades rurales de la región del Magdalena Medio, un enorme sistema de valles en el nordeste del país, entre el nacimiento del río Magdalena, en los Andes, y su desembocadura en el Caribe. Este territorio, culturalmente unido, hubiera podido convertirse en un nuevo departamento de Colombia, pero primaron los intereses económicos y permaneció dividido entre los vecinos Santander, Cesar, Bolívar y Antioquia.

Se trata de una región que ha visto algunos de los peores aspectos del conflicto colombiano: cuna del fenómeno paramilitar en los años 80 y blanco importante de las fumigaciones aéreas con herbicida desde el comienzo del Plan Colombia. Barrancabermeja, la principal ciudad del Magdalena Medio y capital petrolera del país, fue durante mucho tiempo un bastión de la izquierda. Pero las masacres paramilitares alrededor de la ciudad comenzaron en 1998 y condujeron en el 2001 a una invasión a gran escala, cuadra por cuadra, por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que a medida que expulsó a las guerrilla estableció un corto pero efectivo reino del terror contra las organizaciones progresistas y partidos políticos no violentos de la ciudad. Miles de campesinos fueron desplazados de las regiones donde la ACVC era más fuerte.

Andrés Gil. Photo: D.R. 2007 International Peace Observatory

Pero la ACVC sobrevivió a todo eso, creciendo, afiliando a más comunidades, organizando movilizaciones y acciones de resistencia, construyendo lo que denominan una economía socialista en la región. En 1998, las comunidades de la ACVC, en protesta por la crisis humanitaria en la zona rural, encabezaron un "éxodo" hacia Barrancabermeja, donde acamparon durante meses. Finalmente, el entonces presidente Andrés Pastrana negoció directamente con la ACVC, prometiendo solución a sus demandas y garantías para regresar a casa. Pero, según la ACVC, estas promesas nunca se cumplieron realmente. Y desde que el presidente Álvaro Uribe asumió el cargo en el 2002, ha acusado repetidamente a organizaciones como la ACVC de ser "voceros del terrorismo" y "brazos políticos" de los grupos guerrilleros.

Pero Gil, Martínez, Mena y Duque son organizadores campesinos, no guerrilleros. El allanamiento y el arresto de los tres líderes representa un duro golpe contra los movimientos sociales democráticos del país.

Los líderes rurales de izquierda en Colombia son perseguidos con frecuencia bajo cargos de terrorismo o rebelión. Los cargos rara vez pueden ser comprobados, pero cuando son arrestados con orden de captura expedida por la Fiscalía, pueden pasar años de cárcel mientras el caso sigue su curso por el sistema judicial hasta su resolución.

Andrés Gil, a quien este corresponsal conoce personalmente, es un veterano y dinámico organizador. Es una de los promotores del singular enfoque de la ACVC hacia la comunicación (que se evidencia principalmente en la innovadora Agencia Prensa Rural, establecida por miembros y aliados de la ACVC). Esta no es la primera vez que enfrenta este acoso legal. En el 2002, se supo de otra "orden de captura" dirigida contra él y estuvo en la clandestinidad durante tres años, escondido en las montañas. Sin embargo, siguió trabajando con las comunidades del Magdalena Medio y participando en la junta directiva de la ACVC, hasta que finalmente la orden de captura prescribió y fue levantada.

Óscar Duque también ha tenido problemas legales: fue arrestado en octubre de 2006. Sin embargo, su arresto fue ilegal, sin orden de captura, y ante la protesta de organizaciones nacionales e internacionales, fue liberado días después.

Esta vez, las autoridades parecen haber aprendido de sus errores: las órdenes de captura fueron emitidas y el DAS arrestó a los activistas antes de que se filtrara dicha información.

El allanamiento y los arrestos suceden sólo dos semanas antes de una movilización campesina masiva y no violenta que se planea en el país contra el gobierno de Uribe y sus políticas económicas y militares. En las oficinas, casas y fincas de todo el país, donde los líderes sociales, sindicalistas, abogados, campesinos y trabajadores del común luchan contra un narco-estado y sus amos de la guerra contra las drogas en Washington, las tensiones crecen y todos se preguntan quién será el siguiente en caer.