Asociación Campesina del Catatumbo
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El Catatumbo (Colombia) y Ascamcat: una región de sufrimientos
¿Cómo es posible que cientos de campesinos expliquen sus historias con un tono humorístico (bromas, carcajadas y risas) si en realidad no podemos hablar de ficción? ¿Es humor negro? ¿Percibimos los occidentales un choque cultural?
Aníbal Garzón Baeza / Domingo 2 de diciembre de 2007
 

El contexto: pobreza con riqueza

El Catatumbo, región perteneciente al departamento del Norte de Santander, está ubicado en el nordeste de Colombia. Hace frontera en el Norte y Oriente con los estados de Zulia, Táchira y Apure de la República Bolivariana de Venezuela, en Occidente con el departamento de Cesar y en el Sur con el departamento de Santander. Está conformado por nueve municipios: Convención, El Carmen, Hacarí, El Tarra, Tibú, San Calixto, Sardinata, La Playa y Teorama. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) del 2004, se registra una población de 176.472 habitantes.

En el proceso de la colonización, hubo diferentes épocas de hegemonía productiva. La caña de azúcar y el cacao tuvieron su auge en el siglo XVII y XVIII pero fue el café, desde la independencia española, el principal producto de especialización durante el siglo XIX en la fase económica llamada modelo de exportación primaria.

En el siglo XX se vivió un proceso de cambio en las relaciones de producción internacionales. Después de la I Guerra Mundial los países occidentales vieron la importancia del petróleo como recurso energético y esto aceleró el descubrimiento de reservas y las seguidas perforaciones mundiales. El Catatumbo se convirtió en uno de los primeros rincones de la explotación petrolera en Colombia, con petróleo en abundancia y de alta calidad. En 1918 se aprobó la llamada Concesión Barco, propiedad del general Virgilio Barco, con la finalidad que una única empresa, Compañía de Petróleos de Colombia SA (con capital estadounidense), tuviese el derecho a explotar, procesar y distribuir o comercializar el oro negro encontrado. Con el incremento del comercio internacional del petróleo, en 1936 la Concesión pasó a manos de las empresas estadounidenses Texas Petroleum Company y Mobil Oil. La demanda de petróleo internacional era creciente y se necesitaba realizar la obra de un oleoducto que pudiese llevar petróleo desde el Catatumbo a la Costa Atlántica y así poder ser distribuido a gran distancia. Con el proyecto de exportación la riqueza colombiana dejaba de ser consumida por la mayoría de colombianos pero traía nuevos conflictos humanos.

El Catatumbo no ha sido una región de docilidad desde la colonización española. La etnia indígena motilón barí con sus más de tres mil habitantes resistió y sigue resistiendo a los diferentes modelos de opresión. Los factores de producción, tanto por el café, azúcar, cacao, y por último el petróleo, han sido elementos clave que entraban y entran en disputa con su cosmovisión de la tierra sagrada. También el campesinado, con una mayor ética de la responsabilidad que de la convicción, se ha visto afectado por los diferentes proyectos empresariales que buscaban conseguir la propiedad de sus tierras.

El conflicto local, regional e internacional

El relieve montañoso y selvático del Catatumbo junto a su ubicación fronteriza con Venezuela, han sido factores causales que han hecho de esta región un centro de operaciones militares e insurgentes. Desde el inicio de la lucha armada de las guerrillas en los años 60 y 70 la presencia guerrillera del ELN y las FARC tuvo su resonancia. Con el crecimiento del poder de estos grupos en la región las operaciones de los paramilitares de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) en los años 80 y la aprobación del Plan Colombia a finales del siglo XX fueron réplicas que otorgaron una mayor intensidad al conflicto, donde la población civil fue la más afectada.

Con los intereses de las transnacionales en una región rica en petróleo, además del interés criollo, tanto político como económico, se utilizó una estrategia totalmente opuesta al derecho internacional humanitario. Tanto los grupos paramilitares como militares (relacionados en el concepto de parapolítica), con total apoyo del poder reaccionario nacional e internacional, iniciaron un proceso de ruptura del tejido social asociativo del campesinado o indígenas opuestos a las políticas neoliberales con el objetivo de eliminar toda fuente de protesta y oposición (muerte o desplazamiento). Con una metodología de terror se buscaba la docilidad del campesinado. Las dos estrategias utilizadas fueron: el papel extralegal de las AUC que mataban a cualquier civil sin justificación directa pero con justificación oculta de intereses estratégicos políticos y económicos, o el papel legal de los militares que mataban a lideres campesinos, que utilizaban los medios legales de lucha política contra el sistema político y los intereses económicos neoliberales, con la excusa de que eran miembros de las guerrillas y la muerte fue en una supuesta confrontación armada.

El cultivo de la coca, monopolio de cultivo en el Catatumbo, ha sido otro factor clave del conflicto en la región. El interés de terratenientes y narcotraficantes en el uso y propiedades de este cultivo, por estar la tierra controlada por las guerrillas, fue causa de la lucha propia, con cierto respaldo de organismos estatales de manera latente, con su apoyo a las AUC.

Como datos significativos, extraídos de fuentes policiales colombianas, y procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario de la Vicepresidencia, en el Catatumbo entre agosto del 2002 y agosto del 2004 hubo una media de unos 26 asesinatos por mes, con un total de 635 homicidios en los dos años. La irregularidad de la media enfoca la máxima de asesinatos en el mes de marzo del 2002 con 58 y 47 en marzo del 2003. Estos datos mantienen su correlación, durante el primer trimestre del 2003, con la penetración de las AUC en los municipios de Tibú y El Tarra.

Todo este proyecto de los aparatos estatales y paraestatales tenía un fin en si mismo, conectar el control de Antioquia con el Catatumbo y mantener cierto poder en el departamento de Arauca, creando así un aislamiento a los grupos insurgentes e impedir su movimiento entre el centro y nordeste del país. Además, obtener el control en el alto cultivo de coca de la región con la posibilidad del tráfico de drogas hacia el lago de Maracaibo de Venezuela.

La frontera del Catatumbo con Venezuela es un lugar estratégico de máxima importancia y de alta complejidad. El conflicto colombiano no es de límite nacional sino de carácter regional donde los países fronterizos se ven involucrados. Quieran o no. Amén, el actual presidente venezolano, Hugo Chávez, con su política internacionalista bolivariana, es un factor clave en esta nube de borrosidad. Vayamos por partes. Estados Unidos con su Plan Colombia y sus dos versiones del Plan Patriota (I-II), busca la eliminación de la insurgencia con la justificación del discurso, tras el 11-S, contra el terrorismo. Además, actualmente la política antiimperialista (ALBA contra ALCA) de países del norte del Cono Sur (Bolivia, Ecuador, Venezuela), países fronterizos con Colombia, convierten a Colombia un terreno clave de espionaje. También, la relación oligárquica de colombianos con venezolanos antichavistas (vive en Colombia el líder del golpe de estado del 11 de abril del 2002, el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona) hacen de la frontera Colombia-Venezuela un punto clave de estrategias políticas. Venezuela, actualmente en coyuntura de confrontación de lucha social, es suelo de protección para líderes campesinos amenazados de muerte, movimientos de guerrilleros con cierta legitimidad y sobre todo paramilitares “desmovilizados” que se convierten en sicarios para matar a ciertos sujetos; colombianos exiliados o incluso venezolanos chavistas por orden de poderosos empresarios nacionales con o sin relación directa con el imperio.

La presencia del chavismo en el Catatumbo no está fuera de lugar, ya que decenas de campesinos han viajado a Venezuela o Cuba a disfrutar gratuitamente del servicio de la Misión Milagro para lograr ser atendidos y operados para solucionar diferentes problemas oculares. Este modelo de cooperación Sur-Sur ha sido organizado por Venezuela y Cuba manteniendo la relación con otros estados de Latinoamérica mayormente. En el caso de Colombia, la llamada Israel latinoamericana, no ha mantenido una relación estable con los países díscolos a las reglas del imperialismo norteamericano, así que la cooperación no ha sido estado-estado, sino estado-organización contraparte. Las personas del Catatumbo que fueron operadas llegaron a obtener esta oportunidad gracias al trabajo de la contraparte Ascamcat (Asociación Campesina del Catatumbo).

IPO en el Catatumbo y la Comisión de Verificación de los Derechos Humanos

Ascamcat es una organización fundada a finales del 2005. Con la ruptura del tejido social por parte de militares y paramilitares durante los años 90 y principios del siglo XXI, los campesinos empiezan a organizarse como entidad legal para defender sus derechos constitucionales y humanos sobre la vida, sus derechos económicos políticos y sociales, como el cambio de fumigación (eliminación) de coca por substitución de otros cultivos, con subvenciones y ayudas del estado. La unidad de diferentes sectores de la región, campesinos, indígenas,…. tenía como objetivo recrear un tejido social para unificar la voz de protesta. Con la experiencia de otras organizaciones de Colombia, en especial la de la Asociación Campesina del Valle del Cimitarra (ACVC), fundada en 1996, Ascamcat sabía que no iba a ser un trabajo fácil y que en su batalla pacífica muertos habrían.

Ascamcat actualmente está compuesta por aproximadamente 20 juntas de acción comunal (JAC), y tiene un grupo directivo de seis personas elegidas democráticamente por asamblea general anual: presidente, vicepresidente, tesorero, secretario y vocales. Su función está en intentar agregar a las máximas JAC del Catatumbo para unificar la lucha campesina e indígena. Es una organización autónoma que mantiene vínculos con otras organizaciones: el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo que lleva el caso de denuncias, la Agencia Prensa Rural como medio de comunicación sobre la realidad del contexto y ACVC como organización campesina que hace de asesora por tener mas de 10 años de experiencia, Cisca (Comité de Integración Social del Catatumbo),la Asociación Comunidad Motilón Barí de Colombia (Asocbari)… y sobre todo el contacto con IPO (Internacional Peace Observatory) como referente de organización internacional para la recogida de violaciones de los derechos humanos que sufren y el acompañamiento físico como medio de protección, entre otras misiones de la relación.

Diferentes miembros de IPO mantuvieron contacto con afiliados de Asamcat, y se inició un estrechamiento de lazos. Miembros de Ascamcat hacían sus visitas a la oficina de IPO (ubicada en Bogotá) cuando tenían que viajar a la capital a hacer trámites burocráticos de la asociación legal. Trabajo constante de viajes largos de miembros de la directiva que ha hecho llegar a la decisión de fundar una oficina en la capital colombiana con personal laboral.

Ningún miembro de IPO Cataluña había viajado al Catatumbo a observar el trabajo de Ascamcat, excepto una catalana residente en la oficina de Colombia (IPO-Colombia). Con la disponibilidad de diferentes miembros de IPO de iniciar el trabajo constante, no puntual, con Ascamcat, además de la celebración de la Comisión de Verificación de los Derechos Humanos con la participación del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, se decidió hacer presencia de IPO en el Catatumbo.

La comisión duró tres días (10, 11 y 12 de agosto del 2007). Cada día se realizó el encuentro en una vereda diferente (Trinidad, Honduras, San Juancito). El objetivo era reunir al máximo de campesinos posibles, con los líderes de las JAC de las veredas cercanas, para exponer a título propio denuncias de derechos humanos que se han padecido o percibido como testigo. Los objetivos eran dos: primero, hacer un informe de todo lo acontecido para comunicar la realidad a la población interna y externa (nacional e internacional) y segundo, potenciar el trabajo de Ascamcat mediante su presencia dando a conocer su labor colectiva para fortalecer el tejido social del campesinado e indigenismo.

IPO también se dio a conocer a la población civil del Catatumbo, pronunciando el trabajo que realiza en Colombia desde hace mas de tres años, y las diferentes tareas que conlleva, además de la red que se creó y se mantiene a nivel internacional para hacer presión contra toda acción antihumanitaria. En esos tres días de juicio las palabras no se quedaron lejos de los hechos, decenas de campesinos pronunciaron oralmente y en público las denuncias sufridas por aparatos militares del estado. Ejemplos como: detenciones de campesinos en retenes militares por interrogatorios acompañados de torturas físicas y psíquicas, el bloqueo alimentario y médico que sufren por los militares con la excusa de no llegar ese material a manos de cuerpos insurgentes, y asesinatos de comerciantes por parte del ejército, vivencias de militares (Brigada Móvil XV) en casas de campesinos y escuelas o estancias próximas para utilizar a la población civil como escudos humanos en un posible combate armado contra las guerrillas, la erradicación y fumigación de la coca en lugar de política de substitución, el miedo que difunden los militares de la presencia y actuación de las Águilas Negras (nuevos paramilitares tras la llamada desmovilización) si no actúan a su favor (espías, información sobre guerrilleros,…), el robo a campesinos de víveres, el mal estado de las comunicaciones donde al llover impide el comercio en la región, el uso de minas cerca de poblados por el ejército (habiendo firmado el estado de Colombia el convenio contra las minas antipersona, Tratado de Ottawa, el 4 de diciembre de 1997), campesinos utilizados coaccionadamente para realizar trabajos forzados para el ejército como llevar material en su traslado a pie (esclavitud), dejar desnudos a campesinos en medio de las veredas y a ojo público como tortura, muerte de campesinos que visten de guerrilleros y simulan un combate… y un sin fin de situaciones que parecen que sean ciencia ficción.

Cuando una persona ve una película de ciencia ficción puede percibir un contenido extremadamente violento que produce la reacción de comedia pensando que sólo es ficción, pero, ¿cómo es posible que cientos de campesinos expliquen sus historias con un tono humorístico (bromas, carcajadas y risas) si en realidad no podemos hablar de ficción? ¿Es humor negro? ¿Percibimos los occidentales un choque cultural? No sabemos, pero el sufrimiento social va más allá del relativismo.