Asociación Campesina del Catatumbo
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La población desplazada de San Calixto marcha por la paz el 12 de Octubre en el Catatumbo
Asociación Campesina del Catatumbo - Ascamcat / Miércoles 10 de octubre de 2012
 

La casa de la cultura no alcanza para cobijar a los centenares de desplazados que han llegado a la cabecera municipal de San Calixto, que este domingo estaba envuelto en neblina, para informarse sobre la marcha por la paz y para conocer mejor sus derechos como víctimas. Los desplazados de San Calixto participarán en la marcha por la paz para la zona media del Catatumbo que se realizará en el vecino municipio del Tarra el 12 de Octubre.

San Calixto, uno de los siete municipios que conforman la región del Catatumbo, es conocido por su clima frío y por su producción de café. El municipio tiene una población de 12.000 habitantes, de la cual una tercera parte es desplazada por la violencia proveniente de diferentes partes del Catatumbo y otras regiones de Colombia. Durante la concurrida reunión conversamos con algunos de los miembros y los dirigentes de ASODESAN (Asociación de Desplazados de San Calixto) sobre la situación de los desplazados en la región y sobre la importancia de la marcha por la paz.

“La paz para mí no es como el gobierno la pinta. Queremos más salud, más educación y menos corrupción”, dice Diana Patricia Amaya, una mujer joven con falda y aretes grandes quien además de trabajar por los desplazados es la dirigente de AMCSAN (Asociación de Mujeres Campesinas de San Calixto). Ella se vio obligada a desplazarse de la zona rural del municipio en el 2004 cuando los paramilitares pintaron las paredes con sus siglas AUC y amenazaron con quemar vivos a las personas que lo denunciaban o borraban. Diana Patricia calcula que van a salir unas 20 mujeres de AMCSAN y más de 100 desplazados de ASODESAN para marchar por la paz con justicia social el día 12 de Octubre.

José Grasiliano Blanco es un hombre con ojos claros y bigote rojizo originario del departamento de Magdalena en la Costa Caribe. En su tierra natal los paramilitares asesinaron a su hermano y él fue perseguido por el trabajo que realizaba en la Junta de Acción Comunal. “Decían que todos en la Junta eran guerrilleros, pero eso no es así”, cuenta José. En San Calixto la familia recompuso su vida y vive del cultivo de café, maíz, fríjol y yuca. Para él, la marcha del 12 de Octubre es indispensable: “La violencia ya nos tienen cansados y no nos deja trabajar.”

Abel María García, quien porta una cachucha de color arena con el logo de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, es el vicepresidente de ASODESAN. Él salió desplazado del municipio del Tarra cuando llegaron los paramilitares en el 1999 y se asentó en San Calixto después de dos años de vivir en Cúcuta y cuatro en Barranquilla. Según Abel la ayuda humanitaria que reciben los desplazados del gobierno son migajas que no resuelven grandes problemas como el acceso a tierra y vivienda. Él considera que la participación de los civiles en un proceso de paz es clave: “Nosotros somos los que pagamos por los cilindros bomba desviados y por las balas perdidas.”

Fraynayi Sánchez, un hombre con cabello corto, huyó en el 2008 de una vereda de San Calixto donde los combates eran frecuentes y donde llegaron dos comandantes paramilitares disparando al aire. Después de un tiempo en la ciudad de Ocaña regresó a la vereda donde él y su familia viven del café. Fraynayi tiene un mensaje claro para los negociadores de paz, “Sería bueno que hicieran un cese al fuego, para que pudiéramos vivir sin temor y en tranquilidad.”