Asociación Campesina del Catatumbo
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El Consejo Autónomo de Caciques del Pueblo Barí y la Asociación Campesina del Catatumbo se reunieron para resolver cuestiones territoriales
Asociación Campesina del Catatumbo - Ascamcat / Jueves 6 de diciembre de 2012
 

En Cúcuta, durante los días 4 y 5 de diciembre, se llevó a cabo una trascendental reunión entre el pueblo ancestral del Catatumbo y el campesinado de esta misma región para dialogar e intercambiar visiones, propuestas e inquietudes sobre las figuras de ordenamiento territorial tales como los Resguardos Indígenas, la Zona de Reserva Campesina, el Parque Nacional Natural y la Zona de Reserva Forestal.

El espacio que fue promovido por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER), tuvo la presencia de las organizaciones sociales antes mencionadas, además de la participación de las Alcaldías Municipales de El Carmen, Teorama y Convención, la Defensoría del Pueblo para la provincia de Ocaña, el Concejo Noruego para Refugiados y ACNUR. Las jornadas versaron sobre cuál va a ser el futuro de las diferentes figuras de ordenamiento territorial, ya que existen una gran cantidad de inquietudes, tanto del pueblo Barí, como del campesinado, sobre dos formas en concreto: la pretensión de ampliación de los resguardos indígenas, y la constitución de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo.

- Ampliación de resguardos indígenas Barí.

La comunidad Barí (Barira, en su lengua nativa), posee dos resguardos que le fueron otorgados hacia finales de los años 80, aunque los solicitaron desde 1940, demostrándose con esto la gran lentitud y falta de voluntad política por parte del Estado colombiano por solucionar los diferentes problemas territoriales.

El primer resguardo reconocido fue el Catalaura-Gabarra a través de la Resolución N° 105 de 1981. “Catalaura” hace mención al nombre de una de las monjas pertenecientes a las misiones católicas evangelizadoras, mientras que “Gabarra”, hace mención al histórico corregimiento del norte del municipio de Tibú y que nos recuerda las embarcaciones que recorrían el rio Catatumbo y el Rio de Oro. El nombre nativo de este resguardo es “Karikachaboquira”.

El segundo resguardo, el Motilón-Barí, fue reconocido mediante la Resolución N° 102 de 1988 y su nombre en Barira es “Korrona”.

Estos quedan ubicados en la parte fronteriza norte del departamento de Norte de Santander y fueron resultado de una larga lucha por lograr la reivindicación histórica de los derechos vulnerados como pueblo tradicional y originario de esta parte del país, que -dicho sea de paso-, habitan y comparten una amplia zona con la Republica Bolivariana de Venezuela.

La pretensión de ampliación de estos resguardos se originó aproximadamente desde 1990, con el fin de que les fueran reconocidos otros territorios que también hacían parte de sus zonas tradicionales y que poseen un valor sagrado para el pueblo Barí, dado que allí estaban ubicados pagamentos, zonas de rituales, lugares místicos, etc. Durante todo el decenio de los 90 no existieron adelantos significativos en la ampliación de esta área, ya que “los intereses de empresas mineras, la falta de voluntad política y la arremetida de la violencia paramilitar obstaculizaron aún más esta ampliación”; así lo relata José Elí Dora, secretario y coordinador de tierras de la Asociación del pueblo Barí (ASOPBARÍ), habitante de la comunidad Irokobingkaira.

- Constitución de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo.

El campesinado del Catatumbo articulado a la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat), ha trabajado incansablemente por la constitución de la zona de reserva campesina y por su reconocimiento como sujetos políticos en Colombia. Valga recordar que dentro de la constitución política de Colombia de 1991, esta población históricamente excluida e invisibilizada no quedó reconocida dentro de esta carta política. Sumado a esto la imposibilidad de la concreción de la Reforma Agraria (frustrada sistemáticamente desde los años 30) en nuestro país, ha dificultado enormemente la vida del campesinado en todo el territorio nacional.

La zona de reserva campesina, como fruto de la organización y lucha del campesinado en Colombia nace a mediados de los años noventa y se encuentra instituida en la Ley 160 de 1994; esta se presenta como una posibilidad de reconocimiento político al campesinado, con posibilidades de que este pueda ver materializada una reforma agraria integral, incluyente, popular y democrática… mas allá de esta ley no existe en el país otra figura legal que posibilite la reivindicación de los derechos de los trabajadores agrarios colombianos.

Prácticamente desde su nacimiento, en el 2005, Ascamcat ha trabajado por la conformación de una Zona de Reserva Campesina en la región de la cuenca del rio Catatumbo. Esta región fue colonizada por el campesinado desde inicios del siglo XX, quienes llegaron allí inicialmente huyendo de la guerra de los mil días y posteriormente con la entrada de la COLPET (empresa gringa a la que se le concesionó el territorio para la explotación de petróleo) con la promesa de empleo y bienestar para sus obreros.

Desde estas épocas cientos de campesinos han arribado a esta región con el propósito de salvaguardar la vida y “hacer finca” para la subsistencia de sus respectivas familias.

Así fue que la asociación le apostó a realizar todos los trámites, estudios y ejercicios propios, con el fin de poder dar al campesinado del Catatumbo, la posibilidad de sanear la legalidad de sus predios, distribuir la propiedad de manera equitativa, estabilizar y proteger la economía tradicional campesina, además de proteger conjuntamente con el pueblo Barí la biodiversidad de este ecosistema.

De esta forma es que la zona se encuentra delimitada, con su Plan de Desarrollo Sostenible y habiéndose realizado la audiencia pública que ordena la ley en este proceso, y que corrobora que el tramite esta “ad portas” de ser instituido mediante resolución del Incoder.

- Obstáculos comunes – objetivos comunes

Durante los dos días de trabajo ambas comunidades, campesinos e indígenas, relataron uno a uno los problemas que han tenido para lograr sus objetivos, las amenazas que se ciernen sobre tan rica región y discutieron sobre como solventar los “traslapes” que hay entre ambas figuras de ordenamiento territorial que se están aspirando a desarrollar.

Las comunidades manifestaron la manera como han padecido y denunciaron los problemas que les han sido comunes en el trasegar de su convivencia en el Catatumbo; derivados entre otros, de la ambición de las empresas trasnacionales que buscan la explotación de varios recursos minerales provocando la destrucción de varias zonas de la región, dejando tras de ellas una estela de contaminación y desestabilización de la región; y que hoy en día otras empresas están tras el carbón, el cual se pretende explotar en la modalidad “cielo abierto”.

Otro factor común problemático fue la arremetida que ejercía (o ejerce) el paramilitarismo, que básicamente propició el desplazamiento masivo de comunidades rurales con el fin de liberar la tierra para que esta quedara en manos de empresas o inversiones de gran envergadura en consonancia con la histórica lógica latifundista y terrateniente acostumbrada en Colombia. El paramilitarismo también provocó la desarticulación de las comunidades, rompiendo el tejido social y atacando abiertamente a las organizaciones sociales representativas de los intereses de indígenas y campesinos.

Un tercer elemento que se pudo detectar y que ofrece una obstaculización a los intereses de campesinos e indígenas, es aquel que proviene desde la misma institucionalidad y/o gobierno colombiano; pues por una parte la lentitud y falta de voluntad política para dar feliz tramite a las propuestas de ambos sectores hace que hoy en día, campesinos e indígenas tengan grandes dificultades para delimitar sus territorios, teniendo en cuenta que, aunque son comunidades agrarias o rurales, sus marcos culturales son abismalmente diferentes y no es tan sencillo acordar estos “limites”.

Dentro de este tercer elemento, encontramos la fuerte campaña de oposición que han ofrecido sectores dentro del ministerio de defensa quienes ven en estas figuras de ordenamiento territorial, en especial, la zona de reserva campesina ( y en otros lugares del país, como en el Cauca, los resguardos) un espacio que propiciaría una retaguardia para la insurgencia colombiana, desconociendo y criminalizando las justas aspiraciones que tienen comunidades agrarias organizadas democráticamente en ejercicios de empoderamiento popular y territorial.

La estructura económica, se presenta como un cuarto elemento que trunca estas aspiraciones, que lógicamente recoge y engloba a los anteriores; dado que la desprotección a la economía campesina ha hecho que poco a poco, se tenga que sacrificar selva para lograr la manutención de familias campesinas a despecho de los territorios indígenas. En síntesis, el actual sistema económico deshumanizado y rapaz, va en contravía de la pervivencia de grupos humanos arraigados a la vida rural, tradicional y ancestral.

Sin embargo, resguardos indígenas y zonas de reserva campesina, aspiran, bien sea a la pervivencia de culturas ancestrales o aspiran a la construcción de alternativas socio-económicas de vida que propenden por un sistema que priorice la vida por encima de las ganancias económicas. Estas figuras de ordenamiento territorial no se contradicen mutuamente en su esencia de preservación y protección, pero los intereses de los históricos poderosos de la tierra y señores de la guerra, tienen como táctica oponer a los mismos sectores populares convirtiéndolos en enemigos, en beneficio del enriquecimiento personal y del capital trasnacional.

- Definiciones finales del encuentro

1. ASCAMCAT reconoce y respeta el proceso de saneamiento de los resguardos indígenas, las tres resoluciones y el proceso de ampliación sobre territorio ancestral, y sus procesos de fortalecimiento cultural y de autonomía del pueblo BARI.

2. El pueblo BARI reconoce la dinámica de organización campesina y manifiesta la necesidad de mantener espacios de diálogo y trabajo para la solución de los problemas de la región, especialmente del área de ampliación de resguardo y población campesina.

3. El pueblo BARI reconoce la constitución de la Zona de Reserva Campesina en la margen derecha del río Catatumbo bajando (conforme la corriente o curso del rio), donde no existe traslape con la solicitud de ampliación de sus resguardos.

4. El pueblo BARI y ASCAMCAT definen constituir una mesa intercultural entre indígenas y campesinos, con la participación de todos de actores no gubernamentales relacionados con la problemática ambiental, social y económica del Catatumbo, en la que se incluyan en la temática a discutir, las pretensiones de las comunidades indígenas y campesinas. Habrá una mesa interna del pueblo Bari y una externa con ASCAMCAT y otros actores no gubernamentales. En su asamblea de Enero de 2013, el pueblo Bari definirá sus delegados, lugar y metodología de la mesa externa, e informará de ello a ASCAMCAT para que la convoque.

* Fotografía y redacción: Juan Camilo Pérez. Equipo Técnico ASCAMCAT.