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Sobre el nuevo proceso de admisión en la Universidad Nacional
Tener los mejores puntajes no significa tener los mejores estudiantes.
Leonardo León / Miércoles 12 de diciembre de 2012
 

El Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia aprobó un novedoso mecanismo para el inicio de miles de estudiantes nuevos a la institución, en el cual con el examen de admisión no se ingresará a una carrera sino al centro educativo como tal, posterior a esto el admitido escogerá el plan de estudios que desea, teniendo así que los últimos puntajes tendrán los cupos que vayan restando en cada carrera o bien tan sólo las carreras que tengan poca demanda, lo cual se aplicará desde el próximo año.

Esta decisión es un mecanismo más de la Universidad-Empresa en donde se quiere cuantificar todo y buscar la máxima eficiencia con los menores costos posibles, el mundo real es mucho más complejo y más aun el ser humano. Esto pasa cuando la tecnocracia se mete en todos los campos de la vida pretendiendo dar soluciones numéricas a problemas sociales. Lo más absurdo es que el rector dice que esta decisión se toma para aumentar la “equidad” académica pero que va en detrimento de la equidad social pues serán los aspirantes de colegios privados y de mayor estrato socio-económico quienes se quedarán con un pedazo mayor de la torta de cupos.

Las leyes del mercado como la de la oferta y la demanda no deberían estarse aplicando de manera universal como si la universidad fuera aquella máquina de salchichas de la canción "Another Brick in the Wall" de Pink Floyd.

Con esto se ve claramente que la intención de acabar con carreras de baja demanda sigue siendo un objetivo de la tecnocracia que prevalece en las instituciones de educación superior. No porque la carrera de Derecho tenga más demanda es más necesaria que Ingeniería Agrícola en un país donde la reforma agraria está aun por hacerse y donde la academia aporta poco o nada al desarrollo de la economía campesina más allá del modelo latifundista como el de la industria del azúcar o como el caso de la ganadería extensiva. En un tiempo dirán seguro nuevamente que carreras como Antropología no son necesarias porque quienes la estudian (obligados según los cupos disponibles y según el resultado del examen general de admisión) desertan más que en Ingeniería Mecatrónica porque esta última tendrá (como tiene ahora) muy buenos puntajes de admisión pero además estudiantes a gusto que la escogieron y no se la impusieron.

Si bien algunas carreras de baja demanda concentran estudiantes con puntajes más bajos que otras, al menos muchos de quienes están allí cursan esos programas porque les gusta y no porque les toca. No sería un buen aporte para el país tener geógrafos o lingüistas que en realidad querían ser ingenieros o abogados. De nada sirve un estudiante de Ciencia Política bueno en matemáticas si no sabe siquiera en qué país vive para poder hacer un análisis de coyuntura.

Una idea similar ya había sido derrotada por el movimiento estudiantil y ¡profesoral! cuando el exrector de no grata recordación, Marco Palacios, la había propuesto en su reforma académica, incluyendo el ingreso por ciclos propedéuticos que se usa en algunas universidades y que se quiere implementar en la facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia el próximo semestre.

El sistema económico y social en Colombia ya impone carreras a muchos jóvenes que por presión familiar o del entorno se ven influidos para escoger carreras “rentables” o que dan estatus por encima de otras que en el papel no lo son pero que serían preferibles por gusto o por vocación. Los resignados serán muchos más a quienes les tocará escuchar de sus padres, amigos o su yo interior frases como: “siéntase orgulloso de estudiar en la mejor universidad del país así que quédese callado y gradúese rápido, cuántos no quisieran estar en su lugar”.

Queda sobre el tintero inquietudes sobre los exámenes específicos que se realizan para el ingreso a ciertas carreras en algunas facultades, ¿Cómo afectará esta reforma la escogencia de capacidades específicas que deben demostrar los aspirantes a dichas carreras?

El problema es estructural; hay que mejorar la equidad real al acceso a la educación superior de alto nivel académico con reformas de fondo y aumentando la cobertura con mayor presupuesto. No se pueden seguir haciendo arreglos cosméticos e improvisados que aumentarán el problema así se pretenda con ello hacer lo contrario.

De nada servirá tener los mejores cerebros del país si están estudiando lo que les toca y no lo que quieren ni lo que necesita el país.