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"...se está generando en el país un movimiento de mucha insatisfacción con Fedegán dentro de los propios ganaderos que se sienten excluidos, o no se sienten representados en estas actitudes un poco olímpicas. Algunos se quejan de que hay una pequeña ‘trinca’, están creando un grupo que se llama Demogán donde son muy contestatarios..."
"Se está armando una pequeña trinca en Fedegán": Ministro de Agricultura
El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, dice que el gremio de los ganaderos quiere sacar la cara con el Ejército, pero ataca al gobierno. Pide más hectáreas para el agro
Margarita Vidal / Jueves 3 de enero de 2013
 

Me late que si Juan Camilo Restrepo hubiera sido el ministro del ramo cuando se tramaron en la Comisión de Conciliación los artículos del escándalo que dio al traste con la reforma de la justicia, ésta no se hubiera hundido. ¿La razón? Que el hoy Ministro de Agricultura y ex candidato presidencial, comenzó su exitosa carrera como cazador de micos en el parlamento colombiano.

Estudiante de derecho y economía, pasaba días y noches en el Congreso, a la expectativa de los micos que se colaran en leyes aprobadas, que pudieran afectar los intereses de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif, su empleador en esos tiempos. Desde entonces, este antioqueño de estirpe conservadora ha ocupado algunos de los cargos más importantes del sector público del país, desde los cuales ha capoteado con éxito las crisis más peliagudas. Como la que en 1998 afectaba dramáticamente la economía nacional y Andrés Pastrana lo nombró Ministro de Hacienda, para poner solo un ejemplo.

Hoy, desde la cartera del Agro, lidera el difícil encargo de pisar callos a diestra y siniestra para sacar adelante leyes tan importantes y novedosas como la de Restitución de Tierras. Y esto, en un país cuyos poderosos terratenientes han obstaculizado siempre cualquier intento de resarcir a la inmensa masa de pobladores del sector rural colombiano de la pobreza, la inequidad y el abandono, por considerar que afectaría sus intereses, es tarea de titanes.

Naturalmente, le llueven aplausos pero también críticas. Algunas tienen contundentes respuestas en esta entrevista.

¿Cómo se explica que un gremio tan importante como Fedegán no quiera ni participar en el famoso Foro, ni en el proceso de paz?

No solo es inexplicable, sino lamentable. Me parece que da una mala imagen de cierta indiferencia con el proceso, donde lo único que se les ha pedido es la asistencia a un foro de la sociedad civil donde todos podían aportar su visión, y muchos así lo hicieron. A mí me parece que han adoptado una posición un poco obtusa.

¿Podría decirse que Lafaurie se ha convertido en oposición al gobierno, dentro de la línea uribista?

No, yo no creo que represente algo tan importante como para catalogarlo como la oposición al gobierno. Lo que interpreto es un doble mensaje: en el congreso del gremio en Santa Marta, mientras por un lado se oyen voces de descontento argumentando que la política de orden público va mal por culpa de este gobierno, por el otro condecoran con la más alta distinción al general Navas, como reconocimiento al apoyo, sin precedentes, de las Fuerzas Armadas con operaciones de seguridad en las zonas ganaderas. Uno se pregunta si para agasajar a Navas tienen un discurso y para hablar en público otro. La conclusión es que quieren salvar la cara con el ejército pero atacar al gobierno.

Argumentan problemas de seguridad.

Eso nadie lo ha negado y por eso se sigue trabajando. Pero que sostengan que todo es malo en este gobierno como lo da a entender Lafaurie, no solo es injusto, sino inexplicable.

También critican ácidamente los TLC...

Fedegán y otros gremios estuvieron en la llamada ‘Mesa de al lado’, cuando el gobierno de Uribe negoció el TLC con Estados Unidos, e intervinieron con sus opiniones en los demás. Ahora, a las mil y quinientas, cuando este gobierno debe implementar esos TLC (que encontró negociados), y está tomando por primera vez medidas que no se tomaron hace cinco años para proteger a sectores vulnerables como el lechero, Lafaurie sale a rasgarse las vestiduras diciendo que el TLC con Estado Unidos es muy malo y peligroso, y a esta administración, que sí está tomando esas medidas, le cae el agua sucia de las preocupaciones y los jirones de vestiduras de Fedegán. En ese congreso se oyeron algunas voces muy hoscas y muy rupestres contra la política de paz, contra la Restitución, contra la Ley de Víctimas, contra todo. Voces tan primitivas, que en un momento dado me sentí como en un plenario de los “enemigos agazapados de la paz”.

¿Siguen de espaldas al gravísimo problema agrario de este país?

El territorio continental de Colombia tiene 114 millones de hectáreas, de las cuales -grosso modo- un poco más de la mitad son bosques. De resto hay 38 millones de hectáreas dedicadas a ganadería extensiva y apenas 5 a agricultura. Es evidente que el mejor uso del suelo y la modernidad del país requieren ir cambiando gradualmente la composición de esas cifras, es decir un poco menos en ganadería, y más en función de comida y agricultura. La visión del gobierno es que en los próximos diez años siquiera dupliquemos el área de tierra agrícola de 5.000 a 10.000 hectáreas, y reducir ganadería de 38.000 a 28.000, lo cual no implica renunciar, para nada, a la vocación pecuaria del país.

¿Cuál es el valor agregado promedio de una hectárea en agricultura?

El Ministerio calcula que es doce veces superior al valor agregado que genera una hectárea, en promedio, de ganadería extensiva. Parte de la transformación agraria que hay que hacer es ir induciendo, dentro de la legalidad y sin atropellar el derecho a la propiedad de nadie, una gradual transformación en la malformación que del uso del suelo se ha venido haciendo en Colombia. Estamos invitando a Fedegán y a todos los otros gremios ganaderos a revisar esto para intercalar reforestación en los predios ganaderos, sembrar forrajes como lo están haciendo en Brasil en parte de las zonas ganaderas, para tener un poco menos en ganadería extensiva y un poco más en agricultura. Es una invitación a que sean más comprensivos. Con franqueza digo que en mi opinión hay una cierta prevención, un cierto egoísmo y una cierta miopía en los planteamientos que expresaron para no ir al Foro.

Fedegán representa sólo entre el 15% y el 20% de los ganaderos...

Yo no quisiera hablar genéricamente de “los ganaderos”, porque seguramente hay ganaderos progresistas y modernos, y tal parece que en este momento se está generando en el país un movimiento de mucha insatisfacción con Fedegán dentro de los propios ganaderos que se sienten excluidos, o no se sienten representados en estas actitudes un poco olímpicas. Algunos se quejan de que hay una pequeña ‘trinca’, están creando un grupo que se llama Demogán donde son muy contestatarios.

Uno de los argumentos de los ganaderos es que ellos también han sido víctimas y que fueron despojados de sus tierras...

En la Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras tienen un instrumento para pedir protección y que se aplique a su favor, los ganaderos, los industriales, los comerciantes, los campesinos, los obreros desposeídos. A veces dicen que no les gusta la ley porque no les brinda un tratamiento preferencial, como víctimas, a los ganaderos. No, la ley es para todos. También hay que decir con franqueza -porque es una realidad- que hay víctimas que señalan a algunos ganaderos –pocos- de haber cohonestado operaciones paramilitares y de despojo de tierras. Desde luego hay que aclarar que no son, ni mucho menos, todos los ganaderos del país.

El reclamo ha sido más fuerte frente al tratado con la Unión Europea, que defiende y subsidia los lácteos...

Últimamente Fedegán ha resuelto también envolverse en las banderas de la defensa de la leche, lo cual está muy bien, pero yo de nuevo lamento que no se haya envuelto en esos mismos paños hace cuatro o cinco años, cuando el gobierno de Uribe estaba negociando el TLC con la Unión Europea, y que los mismos decibeles que están usando ahora para alertar de los peligros devastadores, no se hubieran oído entonces. Pero el tema es válido y el gobierno lo comparte. Por eso trabajamos hace rato con infinidad de recursos de líneas de crédito y apoyos, para ir preparando a la pequeña ganadería que –como el gobierno reconoce- es una de las amenazadas con ese TLC, de manera que lo que está diciendo Fedegán es cierto, pero tardío.
¿Qué está haciendo este gobierno para subsanar estos problemas?

Reconocemos que hay sectores de la agricultura y de la actividad pecuaria amenazados por los TLC negociados por el gobierno anterior, y los vamos a honrar porque son compromisos de Estado. Pero, a diferencia de cuando simplemente se negociaron sin hacer nada para ayudar a esos sectores, este gobierno sí ha empezado a construir programas de reingeniería para proteger mejor a los que están amenazados para cuando venga la ducha fría, que no es ahora sino dentro de siete u ocho años y entren las desgravaciones totales.

¿Cómo está su presupuesto para el 2013?

Después de una lucha tremenda al interior del gobierno, logramos que se incrementara el presupuesto de inversión del Ministerio y de sus entidades adscritas en más del 30%, lo cual no es nada malo si se tiene en cuenta que el presupuesto apenas va a crecer 11% en el agregado nacional. Estamos creciendo casi tres veces, pero las necesidades son muchas. Yo vivo haciendo la multiplicación bíblica de los panes y los peces.
¿Cuánto, en plata blanca, representa ese 30% más?

Por inversión directa es del orden de 2.6 billones de pesos y el crédito para el sector agropecuario también está creciendo en cerca del 22%. La cartera de Finagro este año terminará con casi once billones de pesos.

¿Por qué es tan importante el anuncio de la realización del censo agropecuario?

Hace 41 años no hacemos un censo agropecuario que, según la FAO, deberíamos hacer máximo cada cinco o seis años. Nuestra fotografía del campo es más un daguerrotipo que una buena fotografía que nos muestre qué está sucediendo allí. Así es imposible adelantar políticas públicas y decidir cuándo y dónde se invierte. El censo lo hará el Dane con todos los fierros de un censo moderno, entre 2013 y 2014, con una inversión de $250.000 millones.

¿Se sabrá cuáles son los terrenos baldíos de la nación y cuáles han sido usurpados?

Sí, le vamos a colgar un módulo para que nos ayude a actualizar el inventario de baldíos, porque como hará un muestreo en todos los predios rurales del país, hay manera de ir estableciendo cuál es privado, cuál es fiscal y cuál es baldío. Eso nunca lo hemos sabido, lo que ha facilitado que el país sea otro gran despojado de sus tierras fiscales.

Algunos críticos dicen que la locomotora agropecuaria no arrancó por el improvisado e ineficiente manejo que el gobierno le ha dado a pesar de haberle inyectado $1.8 billones. Y dicen que es inaceptable que faltando un mes para acabarse el año, el Ministerio de Agricultura haya ejecutado tan solo el 59% del presupuesto. Es decir, hay más de $860.000 millones en las tesorerías sin poder ser invertidos. ¿Eso es cierto?

Eso no es cierto. El Dane dice que en los años 2008, 2009 y 2010 el sector agropecuario creció cero o menos que cero, mientras que el crecimiento del año pasado fue, con todo y el desplome del café, 2.2% positivo y este año vamos a tener un crecimiento del 2,25%. Todavía no vamos a la velocidad de crucero en que van la minería o los hidrocarburos, porque lo cierto es que el viejo tren de la locomotora agraria, que estuvo en untaller de reparaciones durante los tres últimos años de la administración Uribe, se ha puesto en marcha y ya lleva dos años, por fin, de crecimiento positivo, a pesar de que esos años han sido muy difíciles por la ola invernal y por la revaluación. En segundo lugar, este sector está aportando la bobadita de 1 de cada 3 empleos generados. Tercero, este año vamos a cerrar con una inflación de menos del 3%, cifra récord. La canasta de alimentos ha sido un gran contribuyente en una inflación moderada, de manera que en crecimiento positivo, en empleo y en inflación, el sector agropecuario está comportándose satisfactoriamente.

¿Y la baja ejecución?

El Ministerio de Agricultura no es un ministerio pagador de nómina, como otros. Hacemos mucha inversión y para que no se roben la plata llamamos a convocatorias transparentes para vivienda rural, asistencia técnica, riego y drenaje. Esas convocatorias se abren, la gente va aplicando a lo largo del año y se ejecutan al final del año. Tendremos una ejecución muy satisfactoria, superior al 80%, 85% y no, como dice alguno, del 56%.
¿Cómo no logran hacer una ejecución del 100%, cuando lo que falta es plata?

Tomemos un programa importante que es Vivienda Rural. Se hizo una convocatoria y se presentaron 700 proyectos de todos los municipios del país, que se mandaron, por ejemplo, a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional para que certificara si eran serios y se empezaron a adjudicar. Obviamente, la ejecución del presupuesto del Ministerio no es pareja entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, sino que tiene más concentración al final del año e igual sucede con asistencia técnica, riego y drenaje para pequeños agricultores. Eso da mayor transparencia.

Pero entiendo que ustedes encontraron centenares de proyectos torcidos...

Así es, el 7 de agosto de 2010 encontramos en Vivienda 500 proyectos siniestrados, es decir, se habían robado la plata. No se hicieron convocatorias ni análisis serios. En términos de plata perdida estamos hablando de unos $40.000 millones.

Se dice también que no se sabe en qué se gastó más de $57.000 millones Corpoica.

Sí se sabe. Una parte en desenredar un embrollo inmenso que heredó del gobierno anterior: unas plantas hechizas de biocombustibles que no produjeron un litro. Hay una en la zona del río Suárez, otra en Frontino, y otra, que nunca la recogieron, en unas aduanas de Sao Paulo. En el gobierno anterior pusieron a Corpoica a hacer lo que no ha debido. Hemos hecho un replanteamiento para que se dedique a lo que debe hacer, que es ciencia y tecnología. Este es el tipo de críticas que distraen la atención, porque toma casos que son ciertos pero se olvida averiguar -o si lo ha averiguado no lo dice- de dónde provienen.

¿A dos años y cuatro meses de trabajo en el Ministerio, qué balance hay en Restitución de Tierras?

Esa ley lleva escasos ocho meses de reglamentada, durante los cuales se ha hecho en restitución de tierras lo que no se había hecho en 70 u 80 años. Nunca había habido una ley que le permitiera al despojado hacerse acompañar del Estado e ir ante un juez agrario a pedir la restitución de sus predios. Ya se han puesto en pie las instituciones que creó la ley: la Unidad de Restitución de Tierras y los despachos de los jueces agrarios, ante los cuales se han presentado unas 800 demandas. En Mampuján entregamos ya las primeras sentencias de restitución, proferidas por un juez agrario y estamos poniendo por parejo las demandas, independientemente de que el despojado hubiera sido por las Farc o el paramilitarismo. Hemos dicho igualmente que esta ley no es sujeto de negociación alguna porque ya se está cumpliendo. Estamos yendo tan rápido como los términos legales lo permiten, porque este no es un proceso arbitrario.

También se discuten las cifras de restitución y las de titulación...

La titulación es la formalización de la propiedad de quien está trabajando su tierra pero no tiene escrituras. En eso se está trabajando fuertemente porque es una falencia muy importante en la estructura de la tenencia de la tierra. Hemos entregado ya en títulos aproximadamente 1.200.000 hectáreas, lo que es magnífico. Caso diferente a la restitución, que es la aplicación de la Ley 1448 de 2011, que se está traduciendo ya en unas 800 demandas. Son procesos diferentes pero convergentes porque la restitución termina con un proceso de formalización. Estamos estudiando las reclamaciones de cerca de dos millones de hectáreas.