"La aspersión acabó no sólo con los cultivos prohibidos, sino con los lícitos, y la gente ahora pide que le brinden alternativas en proyectos productivos porque está desesperada", dice funcionario.
El alcalde de Montecristo, Luis Gabriel Ávila, señaló que los campesinos de su poblado están viviendo una tragedia.
Dijo que el 80% de la población rural se dedicaba hasta hace poco al cultivo de coca, pero con el inicio de la erradicación manual, muchos prefirieron sembrar arroz, maíz, yuca y otros productos de pancoger.