por Matilde Pérez U.

Sin modificaciones en las políticas económica y social, la postura del gobierno mexicano ante al cambio climático será insuficiente, pues ha dejado en manos de las trasnacionales y de los grandes empresarios el control del sector agropecuario, asentó el dirigente de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), Olegario Carrillo Meza.

Al iniciar ayer, en Mérida, los encuentros regionales para definir la postura que sostendrá la organización, junto con Vía Campesina, en la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP 16) que se llevará a cabo en Cancún, Quintana Roo, el dirigente expuso que la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser reconocida e integrada en las negociaciones de cambio climático.

"No debemos aceptar soluciones falsas y peligrosas o de corto plazo como la energía nuclear, los agrocombustibles, la bioingeniería y el comercio de bonos de carbono. Hay que construir un movimiento popular compuesto por jóvenes, mujeres, obreros, campesinos, pescadores, pueblos indígenas y grupos sociales urbanos y rurales", dijo.

La mejor estrategia para evitar la deforestación y degradación de los bosques y selvas y empujar hacia la conciencia plena del riesgo que corre la humanidad por el cambio climático es reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios, y dejar de verlos como mercancía. "Estamos frente a una disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida".

El camino, insistió, es cambiar la política pública y reconocer que la producción campesina es una alternativa, pues hemos comprobado que sin tantos agroquímicos, técnicas ancestrales y semillas no transgénicas se pueden lograr buenas cosechas.