Cuba sigue acosada por los Estados Unidos. El brutal y criminal bloqueo en contra de la Isla se debe a que los barbudos y el pueblo cubano, encabezados por Fidel, hicieron una revolución popular, echaron por la borda el régimen corrupto impulsado y apoyado por los norteamericanos que mantenía el dominio sangriento de la Isla para complacer los intereses de los yanquis.

El delito cometido por Cuba para que los Estados Unidos desatara una guerra no declarada en contra de Cuba, que incluyó la agresión armada con el bombardeo de varias instalaciones industriales y plantaciones, sabotajes internos —sobre todo de los cañaverales—, la fracasada invasión a Bahía Cochinos en donde los norteamericanos sufrieron una desastrosa y estrepitosa derrota y, a lo largo de décadas, el bloqueo comercial, que año con año se recrudece con más sanciones, a tal grado que actualmente el combustible necesario para los cubanos tiene que sortear varias vías de escape para poder llegar a los puertos cubanos mediante la evasión del control norteamericano.

Biden, con la necedad que ha caracterizado a los presidentes que le han antecedido, quiere apretar la soga al cuello limitando, incluso, el ingreso de alimentos y medicamentos para que, según los cálculos de la CIA, el pueblo, atosigado y cansado de las carencias, salga a la calle y eche por tierra la revolución y Cuba regrese, mansamente, al dominio norteamericano, país que no tardaría en implantar una nueva seudodemocracia, occidental y cristiana en la que prevalecería el interés norteamericano que se apoderaría nuevamente de las riquezas que ahora son del pueblo e impondría mandatarios sumisos, traidores a la patria, mientras la miseria volvería a campear con más brutalidad, esta vez, con la bota yanqui en el cuello de los cubanos.

Los Estados Unidos, como potencia aspirante a mantenerse como la única hegemónica en el mundo, realmente no ha hecho nada por ayudar a los pueblos latinoamericanos, por el contrario ha sometido a escarnio, a la violencia y al saqueo: no se puede olvidar la invasión asesina en contra de Guatemala; los múltiples atracos en contra de Nicaragua; el ataque criminal contra Panamá, sin dejar de mencionar el atraco que cometieron al robarse impunemente la Zona del Canal recuperada heroicamente por Torrijos, su plana mayor y el pueblo; los golpes en Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Uruguay con un saldo importante de asesinatos brutales de ciudadanos.

Hace unos días, el expresidente de Honduras, Pepe Lobo, confesó, sin ningún asomo de vergüenza, que su planilla de candidatos la había sometido a la aprobación de la embajada norteamericana, demostrando así su sometimiento a los intereses de una potencia extrajera que nos ha ocasionado tantos daños (incluidos los criminales golpes de Estado). El nuevo Gobierno de Honduras, por su posición de no sumisión, se ha vuelto un objetivo de los norteamericanos, apoyados en los narcotraficantes que dirigen el Partido Nacional y de otros partiduchos que abogan por los intereses foráneos en contra de Honduras: verdaderos traidores a la Patria.

Los hondureños y los patriotas del continente deben saber que es el momento de la solidaridad con Cuba frente a las agresiones norteamericanas. Latinoamérica debe elevar como bandera el ideal bolivariano que fue seguido por Martí, Fidel, Hugo Chávez y muchísimos mártires cuyo sueño fundamental fue la liberación total de nuestros pueblos. Los golpes en contra de la libertad y la soberanía cubana serán, si no reaccionamos en un solo haz de voluntades solidarias, en contra de la independencia y la autodeterminación de nuestras Patrias, a las que Martí llamó Nuestra América.

Cuba, con la lucha que encabezó Fidel, es el ejemplo más valioso para que nuestros pueblos aprendan cuál es el camino de la liberación total de cualquier hegemonía que pretenda someter los ideales libertarios de la América al Sur del Río Bravo.

Solidaridad eterna con el glorioso pueblo de Cuba en su lucha por la liberación de todo el continente y en contra del bloqueo criminal.